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Programar robots con pantalones cortos

La empresa Logonautas desarrolla conceptos de mecánica, física y matemáticas en niños a través de juegos -"Ven realmente cómo funciona la gravedad o el equilibrio", explican

Roi Otero y Guillermo Sanjorge (1º y 2º por la derecha) muestran sus robots a los ingenieros. // J. Lores

Matemáticas, lengua, inglés, gallego... Éstas son, generalmente, las asignaturas que los niños de primaria aprenden en sus clases. Pero los de Vigo no. Los alumnos olívicos más pequeños están empezando a incluir en sus horarios una nueva materia: la robótica.

Los encargados de impartirla son los socios de la empresa Logonautas, un grupo de ingenieros, economistas y docentes enamorados de las nuevas tecnologías. Su misión reside en que los niños aprendan desde pequeños nociones de mecánica, programación y robótica, para despertar cuanto antes en ellos un interés por el mundo de la electrónica y que de esta forma "les resulte más fácil entender conceptos y el funcionamiento de muchos aparatos electrónicos una vez sean mayores". Su entrada al mundo educativo es reciente, por ello se han presentado formalmente en la ETSE de Minas durante la convocatoria del Foro Tecnológico.

Yolanda Sanjorge es la directora de este grupo. Lleva desde 2014 acudiendo diariamente a varios centros educativos alimentando el interés, creatividad y curiosidad de los alumnos por el mundo de la robótica. "Aprovechando el interés de los niños por móviles, tablets o portátiles, creímos que si explicábamos conceptos un poco más complejos a través de robots que ellos mismos puedan crear, llegarían a entenderlos y asimilarlos, y así es", reconoce esta licenciada en Económicas y Empresariales.

Construyen timbres o poleas

VÍDEO | La robótica se cuela en las clases en Vigo. // José Lores

Para hacer más ameno el trabajo con los escolares, que rondan los seis años en adelante, operan con cinco robots, el más gustoso para ellos, el perro. "Los niños disfrutan muchísimo, y no solo que les gusta sino que lo entienden. Si ven que son capaces de programar un determinado robot para que haga una cosa y que acto seguido puede hacer otra, alucinan y descubren que, realmente, todos son capaces de hacerlo", recuerda Sanjorge.

Como al fin y al cabo no dejan de ser niños, importan estos mecanismos a aparatos que ven normalmente y asocian con su día a día. "En la última visita los alumnos fabricaron ellos mismos un timbre, para hacerlo más divertido les pedimos también que realizasen una puerta y la pintasen, luego colocaron su timbre y estaban contentísimos", añade Yolanda Sanjorge.

Otro de los aspectos que resaltan desde Logonautas es la mejora de la autoestima que le genera a los niños saber manejar y programar robots y crear experimentos de cierta dificultad. "Tanto los profesores como nosotros, valoramos muy positivamente el impacto que produce en los niños, incrementa su autoestima, creatividad e incluso su capacidad de lógica", comenta Guillermo Sanjorge, miembro también de Logonautas.

Utilizando materiales adaptados a las distintas edades a las que van dirigidas las clases prácticas, los alumnos no solo montan robots, sino que llegan a comprender nociones que estudian durante el curso como por ejemplo la gravedad, el punto de equilibrio, la multiplicación o división de fuerzas, etc. "Normalmente les planteamos retos, les explicamos cómo funciona cada robot y luego ellos los programan para que hagan una cosa u otra. Lo más importante es que también plasman en estas actividades nociones que están aprendiendo durante el curso, sin olvidar la creatividad que genera", resalta Sanjorge.

Bianca Yoguera y Roi Otero son los socios que colaboran en Logonautas. "Lo más complicado es todo el traslado del material, llevamos seis ordenadores, cinco robots, un circuito y más de dos mil piezas de Lego, además de motores para que ellos creen sus experimentos con libertad", concluyen.

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