Dos años de prisión y casi 3.000 euros en indemnizaciones por un delito de apropiación indebida. Esta es la condena que solicitaron ayer dos afectados para el responsable de la agencia de viajes Viajaocio de Vigo que, tras abonar distintos viajes se encontraron en el aeropuerto con problemas porque el responsable de la firma no había abonado a los mayoristas los billetes. El fiscal pide la absolución del acusado al no ver delito penal y considerar que los perjuicios deben reclamarse por vía civil. El acusado manifestó su intención de devolver el dinero a todos los afectados en cuanto pueda: "Acabo de empezar a trabajar como asalariado y todo junto no puedo pagarlo, pero sí poco a poco", aseguró.

El pasillo de los juzgado de Penal 1 de Vigo estaba ayer llenos de testigos por este caso, entre ellos otros afectados cuyos juicios están todavía pendientes de fecha. Uno a uno desgranaron ante el tribunal los perjuicios, pero sobre todo los daños morales causados ante los que algunos no pudieron contener las lágrimas. Los hechos tuvieron lugar entre 2013 y 2014, cuando la agencia de viajes de la calle Barcelona cerró sin previo aviso

Tres de los denunciantes habían contratado un pack turístico a Tailandia entre el 27 de julio y el 9 de agosto de 2013, incluidos vuelos internos en el país, traslados y hoteles, pero el agente de viajes vigués no había realizado la provisión de fondos al mayorista.

Varios inmigrantes se vieron afectados en 2013. Viajaban de Oporto a su país a visitar a su familias. Al llegar al aeropuerto luso se encontraron con que los billetes estaban reservados pero no pagados, así que un matrimonio recibió un préstamo de 4.626 euros de los amigos que les acompañaban para poder viajar. Una peripecia similar vivió otra joven paraguaya, también en 2013. El viaje de ida lo hizo sin problemas, aunque con modificación de itinerario, pero a la vuelta en la escala de Sao Paulo le comunicaron que su billete había sido cancelado la víspera. "No tenía dinero , no podía llamar por teléfono, más que a cobro revertido y pasé frío, hambre y suelo deambulando por el aeropuerto tres días hasta que mi novio logró sonseguirme un billete", relató llorando. A su regresó, el responsable de la agencia de viajes se comprometió a devolverle el dinero: "me dio largas durante meses, pero no me ha abonado nada", concluyó.

Por el estrado de los testigos pasó también un matrimonio que en 2014 reservó un viaje a China porque iba a recoger a su hija adoptiva. Habían realizado otros viajes con el acusado RRC.G. y no dudaron en pagarle en efectivo cuando les dijo que tenía problemas con la TPV del banco, que no podía cobrar con tarjeta. La pareja reservó el viaje de ida y vuelta para ambos y también uno de vuelta para la pequeña adoptada. El problema empezó con el cambio de itinerario cuando salieron de Peinador, y ya en Madrid descubrieron que no existía reserva para el viaje de la pequeña. "Le llamé y me dijo: yo me ocupo. Lo cierto es que tuve que adquirir un billete allí para la niña, retrasar el viaje de vuelta porque no teníamos sitio para los tres en el mismo vuelo y, sobre todo, la tensión que vivimos en China porque sin billetes y itinerario previo el Consulado no nos daba el visado para la niña". Cuando llegaron a Vigo, la agencia de viajes había cerrado sus puerta: "debimos ser los últimos timados", concluyen.