Su estudio es pionero en esta modalidad de detección de la apendicitis aguda en niños. El cirujano pediátrico del Chuvi, Marcos Prada reconoce la dificultad de un correcto diagnóstico para esta dolencia, sobre todo en menores, por ello basó su tesis en estudiar otra posibilidad más "segura" y "específica" que induzca a la enfermedad. El análisis de la proteína fibrinógeno, hallada en la sangre, permite diagnosticar de una forma más correcta la apendicitis en los menores de 15 años.

-Las intervenciones quirúrgicas más frecuentes en niños son producidas por apendicitis, ¿esto motivó el tema de su tesis?

-En efecto. Es la cirugía urgente que más se hace en el niño porque es la edad de mayor incidencia. Se trata de una enfermedad muy inexpecífica, necesitamos herramientas diagnósticas para poder detectarla con seguridad. Desde hace unos años la que más se utiliza es la radiografía y el TAC, pero son pruebas que requieren tiempo y especialistas, entonces intentamos descubrir otras herramientas válidas de diagnóstico. En las pruebas de laboratorio empleábamos la leucocitosis, y veíamos variaciones cuando el paciente tenía apendicitis, pero no es muy válida porque eso mismo pasa con otras enfermedades.

-Necesitaban algo mucho más concreto y que solo se incrementase cuando el paciente sufriese de apendicitis, ¿no?

- Exacto, necesitábamos algo que se asociara con mayor especificidad, que se incrementen o inflamen solo cuando el niño tenga apendicitis. Esto todavía no ocurre al 100%, pero con el fibrinógeno, una proteína contenida en la sangre, la especificidad es importante. Cuando está alta podemos pensar con bastante seguridad que se trata de apendicitis.

-¿Resulta complejo o costoso analizar esta proteína?

- El fibrinógeno forma parte del proceso de coagulación de la sangre, es una proteína que producimos para dejar de sangrar. Entre estas funciones encontramos otra como que se incrementan en la inflamación y actúan protegiéndonos de esos procesos inflamatorios. Si el fibrinógeno está alto es un claro indicio de que padecemos apendicitis. Hay que estudiarlo siempre en el contexto, un niño con sintomatología de apendicitis y que aún encima tenga esta proteína alta probablemente sí sea apendicitis.

-¿Este incremento solo se aprecia en menores o en adultos tiene la misma función?

-En adultos también, sí. Se realizaron dos trabajos sobre esta metodología y los estudios dejan ver que en mayores también es útil para el diagnóstico saber si el fibrinógeno está alto o no.

-¿Al tratarse de un diagnóstico rápido y sencillo puede poner freno a las cirugías urgentes?

-Por supuesto, es más, existen dos motivos por los que este diagnóstico sería más eficaz. Por un lado evitaría cirugías innecesarias, un 6% de los niños que operamos en el Chuvi no tienen apendicitis, las pruebas diagnósticas indican que sí, pero al operarlo vemos que no tenían esta dolencia. Y el otro es diagnosticar cuanto antes la enfermedad, reduciendo así el número de cirugías urgentes y evitar casos de peritonitis.

-¿La emisión del diagnóstico basado en el análisis de esta proteína ya está implantado?

-Sí, sí, ya lo estamos utilizando porque el fibrinógeno se obtiene siempre con un simple análisis de sangre. A todos los niños que sospechamos puedan tener una enfermedad potencialmente quirúrgica siempre le realizamos uno, lo que pasa es que antes no se valoraba como diagnóstico de la apendicitis y gracias a este trabajo comprobamos que sí.