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Los numerosos casos sin resolver traen a Vigo un curso de investigación sobre desaparecidos

Jueces, fiscales, policías y abogados analizan lo ocurrido con Déborah Fernández, María José Arcos y Fernando Caldas -Muchas ausencias con cariz criminal se archivan sin llegar a juicio

Francisco Fernández Golpe y María Victoria Méndez desaparecieron en 2004; su coche apareció tiroteado en Porriño.

La ciudad de Vigo, cuya demarcación concentra uno de los puntos de España con el mayor número de desapariciones inquietantes sin resolver, ha sido elegida para impartir el primer curso sobre investigación de desaparecidos del Instituto de Probática e Investigación Criminal. Ángel Galán, su director y comisaría honorario de la Policía Nacional, estuvo en su día al frente de la mayoría de las investigaciones de estos casos como responsable de la unidad especial de desapariciones y homicidios de difícil resolución del Cuerpo Nacional de Policía en Madrid. Le llegaban casos "desahuciados" y sostiene que el crimen perefecto no existe. Considera que la mayoría están resueltos policialmente, si bien muchos no llegaron a juicio al considerarse insuficientes las pruebas.

Magistrados, en algunos casos instructores de los casos reales que se abordarán; fiscales, forenses, expertos policiales, detectives, abogados y periodistas participarán como ponentes y también en las mesas redondas de las jornadas que tendrán lugar en el Hotel Zenith durante tres fines de semana entre el 26 de febrero y el 12 de marzo.

El calvario de estas preocupantes ausencias, muchas con un cariz criminal claro, comienza con un retraso, una simple demora a la que inicialmente no se da importancia que se agrava con el paso de las horas y de los días. La crónica de las desapariciones inquietantes en Vigo incluye a Daniel Veloso, cuya pista se pierde en el Alto de San Cosme en noviembre de 2001; la pareja de Cabral formada por María Victoria Méndez y su marido, Francisco Fernández Golpe, que desaparecieron en diciembre de 2004. Iban a pasar el puente de la Constitución en los Pirineos pero su coche apareció calcinado y tiroteado en una cantera en Porriño y su equipaje de viaje en su domicilio, con casi un millón de euros ene metálico. Otro de los casos pendientes de resolver es el de la viguesa Ana María F.B., que no llegó a Cádiz en 2008 porque su marido la dejó en una cuneta de la A-52 cuando salían de Vigo en un punto que asegura no recordar.

También como una desaparición comenzó la investigación de la joven Déborah Fernández, cuyo cadáver alguien depositó diez días después en una cuneta de O Rosal para que fuera encontrado. Nunca se identificó a dicha personas y el caso corrió la misma suerte que los anteriores: archivo judicial.

El curso sobre desaparecidos abordará tres casos reales ocurridos en Galicia que han tenido gran relevancia nacional. El de Déborah Fernández, el de la compostelana María José Arcos y el del arousano Fernando Caldas. En la mesa redondea sobre Déborah participarán el propio Ángel Galán, el inspector de Policía Francisco Planas y el abogado de la familia de la joven Jaime Barreras.

Entre los jueces que participan en el curso se encuentra la magistrada Belén Rubido de la Torre, instructora del caso de Fernando Caldas -llegó a juicio en la Audiencia Nacional si bien los procesados fueron absueltos por falta de pruebas ya que el cuerpo de la víctima nunca apareció- . La fiscal jefe de Vigo, Susana García Baquero participará en la mesa redonda sobre "escenas fantasmas", homicidios sin cadáver, con la profesora de Universidad Victoria Picatoste.

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