El alcalde de Oporto, Rui Moreira, llevó su queja por la cancelación de rutas de TAP en Oporto al Ejecutivo portugués. Lo hizo, después de que el gobierno hubiera recuperado un 50% del capital de la aerolínea lo que, según el regidor portuense, le obliga a prestar un servicio público. Sus quejas se las trasladó ayer en persona al primer ministro portugués, António Costa. Si bien, y según publicaron varios medios lusos, tras el encuentro, en el que Moreira le trasladó formalmente su malestar, ambos dirigentes mantuvieron silencio.

Rui Moreira solicitó ya públicamente que TAP no cancele las rutas desde Oporto a Milán, Barcelona, Roma y Bruselas y que cancele la anunciada entre Vigo y Lisboa, lo que llegó a calificar de "provocación". Además, amenazó con un boicot a la compañía aérea en el norte del país si continuaba con sus planes.

A priori, la política de la nueva dirección de TAP pasa por fortalecer su hub (aeropuerto de conexión internacional) de Lisboa. Este movimiento ha llevado ya a aerolíneas como Ryanair mostrar su disposición de cubrir su hueco en Sá Carneiro.