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Siete días en el laboratorio helado

Los biólogos vigueses cumplen su primera semana de misión antártica en isla Decepción. Ya han iniciado el primer experimento para analizar la descomposición de las algas

La sexta expedición viguesa a la Antártida cumple una semana en isla Decepción. Los biólogos Mariano Lastra, Jesús Souza, Jesús López y Manuel García, junto con José Mora, de la Universidad de Santiago, llegaron a la base española Gabriel de Castilla el pasado día 8 a bordo del buque Hespérides y por ahora han disfrutado de una meteorología "favorable" para iniciar la toma de muestras y experimentos.

"Por aquí va todo bien, con el trabajo ya en marcha. Pero parece que la previsión para los próximos días no es tan halagüeña. El 9 de febrero iniciamos el trabajo de campo y la recogida de muestras en la costa de la bahía Foster, que es la bahía interna de la isla. Allí instalamos el primer experimento de manipulación del medio natural, que básicamente consiste en colocar campanas de policarbonato que provocan un efecto invernadero sobre determinados cantidades de macroalgas en proceso de descomposición", explica Mariano Lastra, coordinador de la expedición.

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El experimento tiene una duración de dos semanas y permitirá a los biólogos seguir en detalle estos procesos de descomposición y analizar las emisiones de CO2 y metano que se originan, así como la liberación de nutrientes al medio oceánico y el papel de la microfauna asociada a estas algas.

Los investigadores vigueses llevan años estudiando los varamientos de macroalgas en las playas de grava volcánica de isla Decepción y ahora tratan de determinar si el aumento de la temperatura actúa como acelerador de su degradación. Si esta hipótesis se confirma, sus resultados serán claves para estudiar los efectos del calentamiento global y el cambio climático sobre la península antártica.

"Para estos trabajos recibimos permanente apoyo de la dotación militar que mantiene operativa la base y que se ocupan de trasladarnos en zódiac a los lugares de trabajo y de velar por la seguridad de todos", apunta Lastra.

"En paralelo, también hemos comenzado a tomar las medidas de biomasa macroalgal en las playas de la isla. Este trabajo, junto con los preparativos de los próximos experimentos y el tratamiento de las muestras en el laboratorio de la base nos mantiene completamente ocupados", añade el biólogo.

La expedición partió de Vigo a finales de enero y zarpó de Punta Arenas (Chile) a bordo del Hespérides el 4 de febrero: "Superado el Beagle enfilamos el Drake [el estrecho con las aguas más tormentosas del planeta], que nos recibió con bastante movimiento las primeras 12 horas. Luego, las olas bajaron hasta los 3-4 metros hasta llegar a las islas Shetland del Sur".

Ya en el continente helado, la primera parada del buque fue en la isla Rey Jorge, en la base argentina Carlini, para recoger a un investigador. "A continuación nos dirigimos a isla Livingston, donde se encuentra la base española Juan Carlos I. Allí descargamos material, desembarcaron científicos y coincidimos con el Sarmiento de Gamboa, el buque oceanográfico del CSIC con base en Vigo que se encuentra actualmente en la Antártida en funciones de apoyo logístico", relata Lastra.

Los biólogos vigueses permanecerán un mes en isla Decepción y serán los últimos ocupantes de la base española, que este año se ha convertido en punto de partida de una nueva ruta jacobea de más de 14.000 kilómetros. El contingente de la Brilat que lidera la XXIX Campaña Antártica Española arriará el banderín conmemorativo izado el pasado diciembre para escoltarlo hasta la Catedral de Santiago.

El proyecto liderado por la Universidad de Vigo cuenta con una financiación de 50.000 euros del Ministerio de Economía e incluye una segunda expedición de la misma duración en 2017.

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