Expresar las ideas, debatir, escuchar, trabajar en equipo, desarrollar propuestas... Estos son algunas de las capacidades que cerca de medio centenar de jóvenes ejercitan este fin de semana dentro de la sesión regional del Parlamento Juvenil Europeo que se celebra en Vigo. La organización, presente en 27 países, ofrece una versión de la institución matriz adaptada a los jóvenes, en la que también analizan problemas de la sociedad europea y plantean soluciones. Seis colegios gallegos participan en este evento del que saldrán elegidos los representantes gallegos para la convocatoria nacional.

Los alumnos, que rondan los 16 años, llevan trabajando dos días en temas como el cambio climático, la crisis de los refugiados, las energías renovables, la polución o la economía. Divididos en comités liderados por un miembro de la organización, imitan en todo momento el funcionamiento del Parlamento Europeo. También en el idioma, tanto en el colegio Mosteiro de Bembrive como en la sede del antiguo rectorado, donde han pasado estos días, solo se escucha hablar inglés.

Cada grupo ha desarrollado un tema que preocupa actualmente a Europa y una propuesta de cómo atajarla. Hoy tendrá que defenderla ante los demás comités y se llevará a cabo una votación simbólica para decidir si sale adelante o se rechaza. "Casi todas salen aprobadas, pero eso no es lo importante", confiesa la vicepresidenta de la organización en España, Marta Ocón, de 20 años. Destaca que lo primordial de este evento no es la formación académica ni qué resoluciones obtienen más apoyos, sino el espíritu parlamentario: "Somos una organización abierta, aquí hay tanto colegios públicos como privados, religiosos y no religiosos, chicos mejor y peor nivel de ingles... lo importante es que salgan de su burbuja, que convivan con chicos de diferentes extracto social, lugar, que escuchen opiniones que son distintas a las suyas".

A Blas Rivas le ha tocado pertenecer al comité de Industria y energías renovables. Reconoce que le ha ahora es consciente de que la Justicia europea regula casi todos los ámbitos de la vida y se siente más informado sobre el tema que le ha tocado defender. Su compañero de equipo, Andrés Torres, se apuntó al evento especialmente "por el inglés", pero le ha servido para escuchar opiniones diferentes de las suyas y "entender que no todo es como piensas". Marta Ortiz señala que "las debilidades" también salen a flote pero que la experiencia merece la pena: "Lo puedes usar en tu futuro, sea cual sea tu vocación porque aquí se debate de todo, lo que está claro es que no te resta en ningún momento".

Un camino a Europa

Los alumnos elegidos para acceder al evento nacional pasarán a formar parte de la organización y eso les exigirá "abrir la mente", como repiten algunos de los organizadores. "Esto son tres días, pero hay sesiones que se celebran durante 10 días en Albania, tienen que saber que el mundo es más que España, que hay países menos desarrollados que el suyo, estar dispuestos a viajar a otros sitios y conocer gente diferente", señala Ocón.

A ello están dispuestos alumnos como Sara Morato, del IES Rosalía. Durante la experiencia ha aprendido a ser flexible con los demás para llegar a acuerdos. Reconoce que a veces el inglés es "un problema" para defender sus ideas, pero su compañero Torres asegura que "acabas diciendo lo que quieres aunque sea con otras palabras".

El idioma es uno de los factores que el jurado tiene presente para escoger a los representantes, pero "siempre que sepas expresarte es suficiente", asegura Ocón. Además se toma en cuenta las capacidades para desenvolverse en equipo, la preparación académica que muestren en los temas asignados y, sobre todo, las ganas de involucrase en una organización que trabaja en la difusión del espíritu parlamentario.