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Vigo pronuncia las 7 vocales gallegas

Un trabajo experimental realizado en la ciudad y en Santiago por filólogos de EE UU constata que los hablantes mantienen e identifican esta peculiaridad a pesar de la influencia del castellano

Pilar Chamorro.

Unha pola de póla en póla. No solo la tilde, también la pronunciación diferencia en nuestra lengua al animal de la rama por la que se desplaza. El primer estudio que relaciona la percepción y la producción de este contraste vocálico por parte de hablantes gallego y castellano dominantes se ha realizado al otro lado del Atlántico. Los profesores Pilar Chamorro y Mark Amengual, de las universidades de Georgia y California, respectivamente, eligieron las ciudades de Vigo y Santiago para analizar si las vocales medias se están "castellanizando" o si mantienen todavía sus características propias.

"Cuando dos lenguas están en contacto es normal que tomen características de cada una y normalmente la minoritaria es más vulnerable. En el caso del gallego y el castellano, el contacto lingüístico prolongado podría conducir a la desaparición de las vocales medias. Afortunadamente, éste no es el caso", asegura Chamorro, licenciada en Filología Hispánica por Santiago y doctora en Lingüística Española y Portuguesa por la Universidad de Ohio.

Existen muy pocos estudios experimentales que analicen los sonidos del gallego. Amengual, que dirige el Laboratorio de Investigación en Bilingüismo de la Universidad de California, ha realizado trabajos de este tipo para investigar comunidades que hablan dos lenguas (español-inglés, español-portugués, español-catalán) y, en un proyecto similar, las vocales medias del catalán en contacto con el castellano en la isla de Mallorca.

"Vigo y Santiago ofrecen el contexto ideal para investigar las características de hablantes que residen en un lugar donde se usa tanto el castellano como el gallego extensivamente en el día a día. Nuestro objetivo era encontrar un número similar de hablantes dominantes tanto en gallego como en español, lo cuál es más fácil de conseguir en las grandes ciudades", explica Chamorro sobre su elección.

Los resultados del estudio, recientemente publicados en la revista Phonetica, se basan en los experimentos -uno de producción y dos de percepción- realizados con 54 participantes cuya media de edad era de 36,9 años -en el caso de los gallego dominantes- y de 32,9 -en el de los castellano dominantes-.

El ejercicio de producción consistía en la lectura de frases que contenían vocales medias -"A lareira é de pedra natural", por ejemplo- y se analizaba si los hablantes mantenían una pronunciación diferenciada. En las pruebas de percepción, los voluntarios escuchaban siete manipulaciones de las palabras pé/pe y óso/oso -pie/letra pe y hueso/oso- en las que la vocal se pronunciaba en diferentes grados desde abierta a cerrada para decidir qué palabra estaban escuchando. En el otro ejercicio, tenían que decidir si las dos grabaciones que escuchaban eran idénticas o diferentes.

El estudio no reveló diferencias en las capacidades de pronunciación y comprensión de esta peculiaridad de nuestra lengua por parte de los hablantes de Vigo y Santiago, aunque sí dependiendo de su dominancia lingüística. Los castellano dominantes de ambas ciudades pronunciaron las vocales medias manteniendo un contraste "mucho más reducido" y su pronunciación se asimiló a la de la vocal media única en posición anterior y posterior del castellano. Además mostraron "grandes dificultades" para percibir las diferencias acústicas.

Por contra, los hablantes gallego dominantes mantuvieron un contraste mucho más marcado y, en general, demostraron no tener dificultades en identificar y discriminar las vocales medias en la prueba de percepción. Es esta capacidad de los hablantes en nuestra lengua la que ratifica la pervivencia de las vocales medias en la actualidad a pesar de la influencia del castellano.

¿Y qué papel pueden jugar las ciudades a la hora de conservar las peculiaridades del gallego? Según Pilar Chamorro, resultan claves en su condición de "centros de mayor concentración de hablantes y también donde se encuentra el centro cultural y el modelo de lengua estándar".

La filóloga, experta en estudios sobre el contacto entre el gallego, el español y el portugués, también investiga las lenguas tupíes, propias de los indígenas de América del Sur, y el malayalam, el idioma del estado de Kerala, en el sur de la India.

Chamorro advierte que esta riqueza corre peligro de extinción en el actual mundo globalizado. "Se estima que si no se hace nada al respecto aproximadamente la mitad de las 6.000 lenguas que se hablan hoy en día en el mundo desaparecerán antes del final del siglo XXI", advierte.

"A menudo las comunidades lingüísticas minoritarias abandonan su propia lengua para usar otra, que suele ser la dominante y de poder. Y su uso ayuda a avanzar social y económicamente. Esto ocurre especialmente en lugares donde lenguas como el inglés, el español o el portugués, llamadas killer languages, "matan" a las lenguas indígenas", explica.

Desde el año 99, Chamorro ha impartido clases de español y portugués, entre otras asignaturas, en varias universidades estadounidenses como Ohio o Brown. En 2012, se incorporó a la de Georgia como profesora de Hispánicas y Lingüística General y pertenece al Instituto de Estudios Caribeños y Latinoamericanos.

"El español tiene más interés en los EE UU que el gallego, pues dentro de las lenguas minoritarias del país es mayoritaria. Además, el hecho de ser vecinos con países de habla hispana hace que los estudiantes escojan el español como lengua extranjera en sus carreras con vistas a posibles relaciones laborales. El interés en el gallego está restringido a los ambientes académicos, especialmente en los campos de la literatura, los estudios culturales o la lingüística. Pero, en realidad, el ciudadano de a pie generalmente no sabe de su existencia como lengua diferente del español o el portugués", comenta.

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