Ante la imposibilidad de que la réplica de la única herencia de la antigua Colegiata toque las paredes, protegidas por Patrimonio, desde la Escola de Canteiros de Pontevedra se ideó la posibilidad de crear dos columnas de dos metros de alto sobre las que descansará el tímpano. "Debido a esto tuvimos que cambiar el emplazamiento original y se tardó un poco más en su conclusión, pero ya la tenemos lista y disponible para que se la lleven", afirma Enrique Velasco. Otra de las peculiaridades de este tímpano no se aprecia a simple vista. Detrás de la cara buena está plasmada, por error, una de las dos composiciones religiosas. "No estaba bien y decidimos empezar por el otro lado", añade Velasco.