Unas tapas por el Casco Vello en la noche de ayer pusieron punto y final al viaje fotográfico de los instagramers por Vigo. La vista no fue el único de los sentidos que tuvieron más ágil en la jornada de ayer, ya que el gusto y olfato se impusieron por goleada. La mañana arrancó con un recorrido por toda la ciudad olívica, visitando no solo la parte antigua, sino otros de sus barrios como Calvario y la zona de Príncipe y Urzaiz.

El londinense Allan Edwars actuó de guía para los que pisaban la zona vieja por primera vez. A su llegada el pasado viernes, no pudo contener su entusiasmo y salió a callejear por su cuenta. "Fue pisar Vigo y ver su zona vieja y tener ganas de pasearla y recorrerla", recordaba el inglés sobre su primera experiencia en la ciudad, quien también entendió porque se le denomina a Vigo la ciudad de las cuestas. El inglés también celebró las temperaturas olívicas y reconoció que se ha tomado "la primera cerveza al aire libre del año, con 21º grados, qué felicidad".

El faro, lo más fotografiado

El Museo del Mar fue también otra de las paradas obligatorias. El mundo marino tiene gran importancia para los 'instagramers' gallegos pero para el resto también supuso una buena temática para sus fotografías, en especial su faro, uno de los elementos más inmortalizados.

Aunque la mejor parte vino a continuación, ya que pudieron disfrutar de la comida y gastronomía de la ciudad. "Teníamos un poco de miedo porque una chica era rusa y estaba un poco reticente a probar el marisco, pero vamos, que en cuanto dio el primer bocado, ya se le olvidó todo", relata Cristina Costa, instagramer y también una de las organizadoras de este proyecto.

Las últimas horas de la tarde las pasaron ya un poco más lejos de la ciudad, en Cabo Home, donde por unánime decisión, se quedaron a captar con sus cámaras la puesta de sol.

Lo que también ha sido una respuesta común del grupo, del que ayer se descolgaron los tres portugueses, fue el recuerdo que les queda de la ciudad. "No les ha gustado, les ha encantado. Cada vez que visitábamos algo, quedaban alucinados. Se llevan una grata experiencia", apunta Costa. Seguro Vigo los vuelve a recibir con los brazos abiertos.