Las causas las conocen más a fondo los propios juzgados que llevan los procedimientos, pero el personal del servicio común que ejecuta los desahucios percibe una disminución de aquellos que derivan de ejecuciones hipotecarias. "Creemos que las normas de protección de los deudores hipotecarios que se aprobaron, y otras medidas como los convenios del Consejo General del Poder Judicial con la Xunta para los casos de personas en situaciones más vulnerables, se van notando poco a poco; los desahucios por estos motivos ya no son algo automático, se apuran otras posibilidades", afirma Fernando Varela, secretario de la oficina judicial. Lo que también constatan, y esto tanto en los desalojos derivados de procesos hipotecarios como los que son consecuencia del impago del alquiler, es que cuando van a la vivienda lo normal es que ya esté desocupada. "Es muy infrecuente que nos encontremos a gente dentro", indica.

Esta oficina judicial está desde el pasado octubre en un edificio rehabilitado del Casco Vello, en la calle San Sebastián. Un inmueble en el que han ganado algo por lo que lucharon cuando estaban en una pequeña estancia en los juzgados: más espacio.