La negativa de Alternativa Galega de Esquerdas a modificar la Lei do Solo, vía que serviría para que los proyectos paralizados por la anulación del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) siguiesen adelante, ha levantado una polvareda política. El alcalde, Abel Caballero, acusa al grupo de "atacar a la ciudad" e insta a su líder, Xosé Manuel Beiras, a dar marcha atrás en su postura: "Le pido a Beiras que hable y rectifique, Vigo no le va a perdonar lo que está haciendo".

El equipo de AGE tiene unas condiciones aparentemente inamovibles para apoyar la propuesta del Partido Popular que sí cuenta con la aprobación de los demás grupos: que se someta a la aprobación del pleno municipal los proyectos a desarrollar, que superen una evaluación medioambiental y abrir un periodo de información pública de un mes. Estos argumentos certifican para caballero el "desconocimiento de lo que se está haciendo", ya que los proyectos concretos que se desbloquearían -como la Ciudad de la Justicia, la ampliación de Citroën, la reforma de Balaídos o la estación intermodal- "son obras acometidas por instituciones públicas que ya cuentan con evaluación ambiental".

El alcalde advierte a Beiras que los vigueses "no entienden porqué está en contra del empleo de la ciudad", en referencia a los puestos de trabajo que correrían peligro por la falta de desarrollo industrial. Considera además que quieren acabar con el motor económico de la ciudad: Citroën. "Están poniendo serios obstáculos a que la mayor industria de Galicia, Citroën, consiga la nueva furgoneta de la que dependen miles de empleos". Señala directamente a Marea de Vigo de "estar detrás de este disparate".

"No le estamos pidiendo que voten a favor, sino que dejen que se debate en el pleno", señala Caballero, quien añade que "están haciendo "lo peor que se puede hacer en democracia, un veto" que impide el diálogo entre los grupos. "Sería un final triste para Beiras que le pasara lo mismo que a Feijoó, que acabara despreciado por esta ciudad".

La reunión sobre el Área

El próximo martes Caballero está citado junto a otros 14 ediles del área metropolitana para reunirse con la Xunta e intentar desatascar el proceso de constitución del nuevo órgano. Esta misma semana el Concello remitió el proyecto apoyado por todos los alcaldes: "Acudo a la reunión con la intención de llegar a un acuerdo, pero me temo que la Xunta quiere reventar el área y por eso están intentando que Vigo pague el transporte urbano", explica el alcalde. Está convencido de que tanto el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoó, como el vicepresidente, Alfonso Rueda, "tienen miedo" de un órgano "con dimensiones europeas" que representa a 600.000 personas. "Con 21 alcaldes ya tendrían pánico", señala.

El edil pide al Gobierno regional que invite a los siete alcaldes de los concellos de que también quieren participar en el encuentro y que no están citados: Tui, A Guarda, Tomiño, Ponteareas, Mondariz, As Neves y Vilaboa. "Sería de un sectarismo intolerable por parte de Feijoó no invitarlos", señala.