Representantes de los ambulantes de Bouzas y Coia presentaron ayer en el registro municipal de Vigo las licencias de los aproximadamente 300 puestos que ambos suman y exigieron su reapertura después de más de tres meses desde que se suspendieran como consecuencia de un enfrentamiento entre colectivos de etnia gitana que acabó con un herido de bala. La Policía todavía no ha podido detener a los supuestos autores del tiroteo.

Francisco Giménez y Carlos Hernández resaltaron que con esta documentación que habían aportado en las oficinas municipales trataban de demostrar que está "todo en regla".

Hernández aseguró que en su día el Ayuntamiento de Vigo rehusó regular los mercadillos, labor que recayó en las asociaciones de vecinos, y saludó que la corporación ahora pretenda asumir esa competencia siempre y cuando se respeten los puestos de los feriantes que llevan trabajando años en ambos mercadillos.

"Demasiado castigo"

El representante de la asociación de vecinos de Coia reclamó una entrevista con el alcalde, Abel Caballero, para que explique "los motivos" de mantener el cierre de los mercadillos. El portavoz entiende que la suspensión sine die de los mercadillos es "un castigo demasiado grande" , sobre todo cuando se están celebrando "con normalidad" en O Porriño, Moaña o Cangas. Por eso instó al regidor a abrir un diálogo.

Giménez mantiene que existe "mucha calma y paz entre los feriantes y que la situación no es para tanto". Además advirtió de que las pérdidas tras más de tres meses de cierre, con la campaña de Navidad de por medio, son "incalculables".