Agentes de la Policía Nacional detuvieron a una mujer por un presunto delito de robo con violencia en una sucursal del BBVA de Travesía de Vigo. Al parecer, la mujer abordó a dos empleadas de la entidad bancaria que se disponían a entrar en su oficina para dar inicio a la jornada laboral.

El responsable de la sucursal bancaria fue el encargado de dar la voz de alarma, ya que cuando iba a acceder al interior de la oficina sus compañeras le hicieron gestos desde el interior para que no entrase. El hombre alertó a la Sala Operativa del 091, que trasladó a varias dotaciones policiales ante la posibilidad de un atraco.

El pasado viernes, dos agentes de paisano pasaron caminando por delante de la sucursal y pudieron observar en el interior a una persona que ocultaba su rostro con un gorro y una cazadora de cuello alto. Además, verificaron que las tres empleadas de la entidad estaban sentadas en actitud de espera al lado de la caja. En un momento en el que la persona que ocultaba su rostro se acercó a la puerta de entrada, dos agentes simularon ser clientes y aprovecharon para dirigirse al encuentro y hacerle indicaciones para que abriese desde dentro.

Cuando consiguieron desbloquear la puerta, los agentes se abalanzaron sobre ella para inmovilizarla. En el cacheo preventivo de seguridad intervinieron un cuchillo, las llaves de un vehículo y otros efectos personales. La mujer, de cincuenta años y vecina de Redondela, fue detenida y puesta a disposición del Juzgado de Instrucción de guardia de Vigo. Según confirman fuentes policiales, en sus bases de datos no figuran antecedentes policiales anteriores.

Testimonios

Después de tranquilizar al personal, las empleadas explicaron que al inicio de su jornada laboral fueron empujadas al interior del cajero por una mujer que les preguntó si eran empleadas del banco. Al responder afirmativamente, la mujer las amenazó y exigió que se le abriesen la caja.

Según indican fuentes policiales, minutos después llegó una tercera empleada, a la que la atracadora también preguntó si tenía las llaves de la caja fuerte. La trabajadora del banco dijo que no y la mujer la mandó situarse junto a sus compañeras. Minutos después, los agentes intervinieron ante la voz de alarma del responsable de la sucursal.