Un estudio de la Academia de Ciencias de California y el Bowdoin College en el que ha participado la investigadora gallega Iria Fernández demuestra que la historia evolutiva del hombre y la de los ácaros Demodex folliculorum que viven en su rostro están vinculadas de forma que cada población presenta diferentes tipos de este animal microscópico.

Fernández, actualmente en la Academia de Ciencias de California, forma parte del grupo Phylogenomics de la Universidad de Vigo liderado por David Posada. La bióloga recogió muestras de ácaros en diferentes lugares del mundo y realizó análisis de ADN para estudiar los patrones de intercambio entre poblaciones y las distribuciones geográficas de linajes.

Los resultados se publican esta semana en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU, PNAS, y revela que en el rostro de los voluntarios latinoamericanos se encontraron ácaros de linaje europeo, africano y asiático, dado que la población desciende mayoritariamente de nativos americanos, conquistadores europeos y esclavos africanos.

Además, las personas de origen asiático o africano que viven en EE UU mantienen ácaros de sus antepasados y los que residen en miembros de una misma familia también tienen entre ellos un alto grado de parentesco.

Los ácaros permanecen en una misma persona durante varios años y el estudio también ayuda a entender su relación con trastornos de la piel y los ojos como rosáceas y blefaritis.