Cuidar en el domicilio a un paciente que esté recibiendo tratamiento paliativo o con un daño cerebral sobrevenido, además del impacto que supone para la familia, suele conllevar un importante desembolso económico para adaptar el hogar a las nuevas necesidades. El Sergas prevé echar una mano a estos usuarios con parte del mobiliario de los centros del área sanitaria que se cierran con la apertura del Álvaro Cunqueiro. El plan de la Gerencia del área es almacenar este material de forma temporal en el edificio del Rebullón, después de que este pierda su uso psiquiátrico, lo que prevé para la primera quincena de enero. Tendrá tres funciones: surtir de repuestos al área viguesa; atender peticiones de sus centros de salud y de hospitales de toda la comunidad; y para ceder a los particulares que lo necesiten.

El cierre del Rebullón como residencia psiquiátrica es inminente. Sus cuatro unidades de hospitalización, con 68 camas, se trasladarán al Nicolás Peña cuando terminen las obras de adaptación en este centro. "Van a buen ritmo y creemos que estarán finalizadas en el mes de diciembre", explica el gerente del área, Félix Rubial. Tras dotar a los nuevos espacios de equipamiento, prevén trasladar a los pacientes en la primera quincena del mes de enero.

De los cinco edificios que se quedan sin uso sanitario tras la apertura del Álvaro Cunqueiro, el Rebullón es el único que queda en manos de la Xunta de Galicia. La Tesorería General de la Seguridad Social recuperará los otros cinco: el policlínico Cíes, el centro de especialidades de Coia, -ya clausurados-, el de A Doblada y la torre del Xeral. En el recinto del hospital psiquiátrico, de unas seis hectáreas y con 25.666 metros construidos, se mantendrá la nave que se emplea como archivo, una de las dos bases de ambulancias que el 061 tiene en la ciudad y las nuevas instalaciones de Cogami.

Es en parte de los 17.000 metros cuadrados del bloque principal donde la Gerencia del área prevé ubicar el almacén para los muebles inventariados y recogidos de los centros que se quedan sin uso sanitario en el área. Desde este punto, se redistribuirá. Unos, solo servirán para despiezarlos y surtir de repuestos al servicio de mantenimiento. Otros valdrán para cubrir necesidades de los centros de salud del área o de hospitales de toda la comunidad. Pero hay otros que "no tienen uso en los hospitales, pero sí pueden servir para particulares", como las camas, según explica Rubial. Anuncia que, a principios de enero, se pondrá en marcha un sistema de cesión a particulares. Es un aprovechamiento social de los recursos por el que ya se optó tras el traslado del hospital de Lugo. "Es un servicio enormemente valorado", asegura Rubial

Los usuarios accederán a esta prestación mediante la recomendación de profesionales de departamentos como paliativos, Neurología o Atención Primaria, donde se realizará publicidad interna. No tendrán que pagar nada a cambio. Solo deberán comprometerse a cuidarlo -mantenimiento lo revisará periódicamente- y devolverlo cuando no lo necesite.