El policlínico Cíes se convirtió esta semana en el segundo de los inmuebles públicos que se ha quedado sin uso en la ciudad debido a la apertura del Álvaro Cunqueiro. Dentro de la reordenación de la atención hospitalaria que propició el nuevo hospital, los servicios que albergaba este centro se han trasladado al Meixoeiro. A principios del mes de noviembre ya lo hicieron los doce oftalmólogos que hasta ahora pasaban consulta en él, pero seguían activos dos de sus cuatro quirófanos de ciclo rápido. El lunes dejaron de operar y, así, este hito arquitectónico de la ciudad recibió a su último paciente del sistema público.

Levantado en 1967, este inmueble marcó un hito al convertirse en el máximo exponente del movimiento moderno de la arquitectura de la ciudad en los 60. Diseñado por el vigués Xosé Bar Boo para usos sanitarios, fue empleado por la Obra 18 de julio, hasta que en 1976 se incorporó a la Seguridad Social -entonces dependiente del Instituto Nacional de Previsión-. El Sergas empleaba este edificio, al que en 2006 se le añadió un anexo, para cirugías de ciclo corto y consultas, principalmente, de Oftalmología.

Su cierre estaba previsto antes, pero su vida dentro del sistema público de salud se prolongó por motivos prácticos. Las consultas de Oftalmología ya se fusionaron en el Meixoeiro a principios de mes, pero una cuestión de "prudencia" llevó a la Gerencia del Chuvi a mantener activos dos de los quirófanos del policlínico para esta especialidad. Se esperó a que los problemas de esterilización en el Cunqueiro se redujeron y a que el Meixoeiro estuviera en condiciones de absorber toda la carga quirúrgica de Oftalmología, que es de las mayores del Chuvi, con casi 8.000 intervenciones al año.

El Sergas trabaja ahora en su interior para recuperar tecnología e inventariarla. Una vez terminadas estas tareas, lo devolverá a su propietaria, la Tesorería General del Estado.