El Círculo de Empresarios de Galicia-Club Financiero de Vigo (CFV) propone dar un giro de 180 grados al enfoque sobre el cierre de la torre del Hospital Xeral: dejar de verlo como un problema y plantearlo, por el contrario, como una oportunidad, una ocasión única para "repensar" uno de los edificios más emblemáticos del casco urbano. La mesa redonda que ayer organizó y acogió el CFV con expertos en arquitectura, derecho, medicina y diseño para buscar usos alternativos para el "Pirulí" se saldó con un mensaje que definió bien el arquitecto Manuel Portolés -del estudio FQP y presente en la mesa de expertos-: el reto de la clausura "abre un mundo de posibilidades; un área de oportunidades".

A lo largo del debate los expertos plantearon dotar al edificio de diferentes usos: apostar por los servicios sanitarios que quedarán en su Anexo II, para convertirlo en un apoyo clave del Hospital Álvaro Cunqueiro; "reanimarlo" con funciones públicas, como una biblioteca, juzgados, una residencia de ancianos, de estudiantes o de familiares de enfermos, un vivero de asociaciones o empresas; o incluso combinar ese uso público con otros terciarios, como un hotel u oficinas. Durante la cita -a la que asistieron algo más de medio centenar de personas- se puso sobre la mesa también la posibilidad de "repensar" el propio inmueble y liberar a la torre original de parte de los añadidos y ampliaciones que ha ido ganando desde que se inauguró, en 1955, para crear nuevos espacios ajardinados. El objetivo es abrir el debate para defender un edificio que el presidente del CFV, Juan Ramón Güell, ve "simbólico".

"Ahora mismo en la parcela no hay ningún espacio libre", reflexionó Portolés, quien planteó un "esponjamiento" del terreno. En su opinión, "la disponibilidad del edificio para diferentes usos constituye un área de oportunidad en el cogollo mismo de la ciudad". La máxima que urge respetar el experto del estudio FQP es que "las actuaciones que se hagan mejoren las condiciones del entorno, sin entrar en conflicto con el uso sanitario que se mantiene". El debate debe abrirse, no obstante, "de forma rápida" para evitar la degradación.

Con la reordenación sanitaria que supuso la apertura del Hospital Álvaro Cunqueiro la torre del Xeral pierde su función. De sus algo más de 54.300 m2 solo permanecerá abierto el Anexo II, donde continuarán varios servicios. El médico del Sergas Santiago Nieto -que ejerció como director provincial del Sergas- puso en valor esos servicios y abogó por emplear las construcciones periféricas como un apoyo del Álvaro Cunqueiro.

"Los anexos pueden ser la sede de un centro de alta resolución de procesos que no requieren hospitalización", sugirió Nieto tras remarcar que Vigo, en cuestiones sanitarias, debe pensar como un área amplia, que abarca no solo a sus casi 300.000 vecinos, sino también a los de la comarca y el sur de la provincia, al que sirve de referencia. "Vigo debe tener todos los recursos para dar la excelencia", concluyó.

El exdirector provincial del Sergas recordó que entre 2006 y 2008 se invirtieron en el Anexo II más de 20 millones de euros para remodelar 6.404 m2 y abogó por aprovecharlos -junto al Anexo I- para crear el servicio de urgencias extrahospitalarias, fusionando los puntos de atención continuada de Bolivia y Coia, lo que evitaría -anota- "la saturación asistencial del servicio de urgencias" del Álvaro Cunqueiro. Lo importante, insistió, sería dotarlo de equipamiento como laboratorio y diagnóstico por imagen. El médico propuso también aprovechar la oportunidad para "reordenar los servicios de atención primaria" con las 75.000 tarjetas sanitarias que suman los centros de Bolivia, A Doblada y Cuba.

El abogado experto en derecho urbanístico Juan Yarza recordó que el Xeral dispone de un grado de protección ambiental -un nivel mínimo- y que el PXOM no autoriza la demolición del edificio ni el vaciado interior del inmueble. "El uso está definido como sanitario, pero una vez finalizado se plantea cómo sustituirlo", explica el abogado. Sobre la mesa habría dos posibilidades: una nueva licencia para mantener el enfoque dotacional, lo que sería la fórmula más simple; o modificar el PXOM, proceso que permitiría diversificar los usos pero requeriría también de un trámite mucho más largo y farragoso. Los expropiados, en cualquier caso, no tendrían derecho a exigir la reversión por el tiempo transcurrido.

Yarza recordó también que las Administraciones están obligadas a "proteger y conservar" la construcción, que pertenece a la Tesorería de la Seguridad Social y está cedido al Sergas. Para estudiar nuevas funciones para el edificio, recordó que la ley contempla la figura de los consorcios, que podría impulsar un plan de rehabilitación.

"No puede quedar abandonado", alertó la profesora de Ideación Gráfica Aurora Galán. Durante su intervención explicó que en Francia o EE UU es frecuente que se recurra al partenariado para sacar adelante proyectos destacados. "Es posible, pero no fácil; es importante el consenso social", concluyó.