El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo -el único especializado en Galicia junto con otra sala de A Coruña- está desbordado. Por este motivo su magistrada, Paz Filgueira, ha solicitado refuerzos, en concreto un juez de apoyo que permita hacer frente a la "brutal oleada" de casos de malos tratos "gravísimos" que están en tramitación. La petición se realizó el pasado mes de julio a la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, TSXG, pero tres meses después no se ha recibido respuesta alguna. Pero la situación del Juzgado de Violencia, lejos de mejorar, se ha agravado. Desde el mes de septiembre se acumulan nuevos casos de denuncias muy graves que hay que resolver aunque se carece de medios materiales y personales suficientes, según la magistrada.

"El riesgo es elevadísimo y aunque hay menos denuncias que en 2013, unos 300 asuntos menos, se trata de denuncias gravísimas", asevera Paz Filgueira. En apenas dos meses Vigo y su comarca han registrado tres de los seis asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas en toda Galicia en lo que va de año, y el Juzgado de Violencia mantiene en prisión provisional a siete presuntos maltratadores por hechos graves. Una cifra muy elevada de presos preventivos que puede incrementarse en dos más a tenor de los últimos hechos en investigación, uno de ellos la muerte de una septuagenaria en O Calvario cuyo marido fue ingresado en la unidad de Psiquiatría del Hospital Álvaro Cunqueiro y al que todavía no se ha podido tomar declaración.

En lo que va de año la sala de Violencia de Vigo registró 860 asuntos nuevos, lo que supone una media de tres diarios. La cifra es ligeramente superior a la del mismo periodo de 2014 -un 3%-, aunque por debajo del casi millar de causas que a estas alturas del año se habían contabilizado en 2013.

Desde el pasado mes de septiembre, fecha en que se reincorporó la magistrada Paz Filgueira al Juzgado de Violencia tras un año destinada en comisión de servicios, la gravedad de los asuntos presentados y el peligro que corren las víctimas la han llevado a otorgar nueve de cada diez órdenes de protección que solicitan las mujeres. La juez considera que existe un riesgo real para muchas víctimas dada la trascendencia de los casos. "Puede haber menos asuntos que en el año 2013, pero su gravedad es mucho mayor", apostilla. Precisamente el elevado número de causas de riesgo es lo que le llevó a solicitar un juez de apoyo para poder estudiarlas a fondo y con mayor agilidad.

La carga de trabajo en los juzgados de Violencia, que actúan con horarios de salas de guardia, deben resolver sobre cuestiones de mucha trascendencia y alarma social y funcionan como juzgados de familia en los casos de divorcios y liquidaciones de gananciales cuando existen malos tratos a la mujer, se ha incrementado también desde el pasado 1 de octubre. Estos departamentos asumen ahora nuevas competencias fijadas en la Ley Orgánica del Poder Judicial, como los delitos por quebrantamientos de órdenes de alejamiento y protección, que antes iban a reparto entre todos los juzgados de instrucción, y aquellos delitos relativos al honor y a la propia imagen de la mujer.

En el juzgado vigués se instruyen estos momentos los tres homicidios cometidos en los últimos dos meses. Divina Mendes Pereira, de 46 años y origen brasileño; Silvina de Oliveira, de 33 años, y María José Rodrigues, de 71 años, ambas nacidas en Portugal. El supuesto agresor de la mujer brasileña es el único que está en prisión provisional, pues el homicida de Silvina se quitó al vida tras ocultar el cadáver de su víctima en un armario de la habitación de alquiler que compartían en la calle Fragoso y el marido de la septuagenaria, sospechoso de tirarla por la ventana de la vivienda en la que residían tras una discusión, permanece ingresado en la unidad de Psiquiatría del Hospital Álvaro Cunqueiro. Hasta que los médicos no le den el alta no pasará a disposición judicial, si bien permanece custodiado por las fuerzas de seguridad en el centro hospitalario.