El proyecto del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo (CCS) de Vigo para centralizar en montes comunales de San Miguel de Oia todo su entramado de telecomunicaciones que opera ahora disperso en edificios de Toralla y del hotel Bahía ha recibido el visto bueno de la Gerencia de Urbanismo y sin más demora Tragsa ya inició las obras. Sasemar -la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima dependiente del Ministerio de Fomento- invertirá 531.000 euros en esta instalación que desde casi 400 metros de altura reflejará en los monitores de los controladores de Vigo, encargados de vigilar el tráfico marítimo y gestionar las emergencias en el mar, imágenes de radar de una gran calidad y de mayor alcance, hasta el punto de que podrá apoyar al centro de Finisterre en caso de avería.
Solo faltaban los permisos municipales de todos los que fueron necesarios solicitar a distintas administraciones para que arrancase la obra civil necesaria y previa al montaje de una infraestructura de estas características. Hasta la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (ESA) se pronunció al respecto por si la localización de los radares afectaban a alguna servidumbre aeronáutica. Superado este largo proceso burocrático, ahora la fecha de entrada en funcionamiento de la nueva estación de control radar dependerá de que se cumpla el plazo de dos mes para ejecutar el proyecto.
Solo el condicionante meteorológico podría influir en el calendario de la obra. La orografía de la zona elegida, una parcela del monte Carballosa de San Miguel Oia, complica el acceso de las máquinas. A esta se suma otra circunstancia ya analizada por los técnicos que asesoran a Sasemar pero que ayer, el presidente de los comuneros, Manuel Giráldez, destacaba, como el suelo rocoso. "Tienen que excavar cuatro metros para que quede bien asentada la base de las antenas, y les va a costar", vaticinaba.
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Son algunos de los inconvenientes habituales en instalaciones que requieren de una localización muy específica y a la máxima altura posible. En concreto, sobre una superficie de 400 m2 ubicada a 360 metros sobre el nivel de mar se construirá una caseta prefabricada para proteger los equipos de suministro energético y la torreta sobre la que se montarán los radares y el radioenlace. Estas antenas alcanzarán los 34,88 metros de alto.
Desde esta altura la visión de la Ría de Vigo es casi completa y, parcialmente, también las de Pontevedra y Arousa, por lo que supondrá una mejora sustancial en la transmisión de las señales de radar hasta el centro de Sasemar en Vigo, en la Estación Marítima. Ahora operan con equipos renovados hace muy pocos años pero instalados, principalmente, en el edificio de la isla de Toralla. Desde aquí la transmisión de la señal tropieza con obstáculos que perjudican la calidad de la observación, de ahí que se requiriese como "apoyo" otra antena en el hotel Bahía, un "radioenlace" que rebota la señal de Toralla hacia la Estación Marítima.
La nueva estación de control en San Miguel de Oia pondrá fin a esta dispersión de torretas por el municipio de Vigo (se mantendrá la de la isla de Ons). Una vez concluyan las obras en la parcela comunal se procederá al desmantelamiento de las antenas de Toralla y del hotel Bahía de Vigo para reubicarlas en el monte Carballosa. El proyecto no implicará la adquisición de ningún otro equipo más de telecomunicaciones habida cuenta de que los actuales se estrenaron hace apenas tres años y ofrecen unas prestaciones técnicas al nivel de los que sirven de ojos al CCS de Finisterre. De hecho está previsto que el entramado que funcione en Oia pueda surtir imágenes radar al del Norte cuando estos sistemas fallen. Así quedará garantizada la vigilancia y seguridad en las aguas del noroeste atlántico.
