Rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, añil y morado. No es la canción del arco iris, sino los colores que tiñeron la avenida y playa de Samil en la segunda edición de la carrera Holi Run.

Enfundados bajo disfraces de todo tipo, vaqueros, hawaianas, señales de tráfico, bailarinas o con unas simples gafas y un tutú, los cerca de 7.000 participantes corrieron los 5 kilómetros del trazado. No importaba ganar o perder, correr o caminar, llegar o quedarse por el camino, lo realmente importante era divertirse y pasar una mañana diferente con los amigos.

Por muchos adornos e indumentaria estrafalaria que trajeras, los protagonistas reales fueron los polvos de colores. Las bolsas que se repartieron desde el comienzo se cuentan por miles y a lo largo del trazado, en vez de puestos de avituallamiento había puntos de control de colores. Cada vez que se pasaba por uno de ellos, cientos de polvos caían sobre los corredores. En total se emplearon 10.000 kilos de estos polvitos.

Quien también quedó completamente manchado fue el alcalde Abel Caballero. Acompañado por el concejal de deportes, Manel Fernández, el mandatario olívico se subió al escenario como uno más, portando el dorsal número 7.000 y lanzando polvos de colores entre los asistentes.

La carrera no hizo distinciones de edad, sexo o ser vivo. Muchos corredores no perdieron la oportunidad para sacar al perro a pasear y una gran cantidad de animales correteaban divertidamente disfrazados por Samil. Los jóvenes en grandes grupitos de amigos fueron el colectivo más habitual, aunque las familias, niños y bebés incluidos, tampoco quisieron perderse esta animada y colorida carrera.

Al término de los 5 kilómetros de trazado, la fiesta no cesó. Desde el escenario situado a la altura del arenal, diferentes grupos de música entre los que destacaba un DJ y mismo un equipo de zumba, animaron a los presentes a ritmo de bailes y divertidas canciones. La mesa de mezclas corrió a cargo del DJ residente de Holi Run, Ben Hassel.

La carrera no fue exclusiva de los vigueses, sino que muchos participantes se desplazaron a Vigo para disfrutar de ella. Patricia Conde y sus amigas llegaron desde Villagarcía. Era la primera vez que venían y visto el ambiente del año pasado por fotos, no dudaron en acudir esta edición. "Llevaba mucho tiempo organizado, y eso que se cambió de fecha pero es que merece la pena, está genial y lo estamos pasando muy bien, repetimos otra vez seguro", comenta mientras embadurnaba a su compañera.

La familia Estévez Morales aprovechó la oportunidad de pasar un rato diferente y divertido con los niños. "Es muy agradable. Aquí solo vale pintarse y acabar manchado, da igual la edad y como vengas vestido", explican.