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Los peajes en las autovías del Norte luso cumplen cinco años con 422 millones recaudados

La A-28, la más utilizada por los vigueses para viajar desde Viana hasta Oporto, ocupa el segundo puesto en ingresos, con 139,5 millones

Jorge Passos. // FdeV

El peaje en las autovías del norte de Portugal (ex-Scuts) se implantó tal día como hoy de 2010 por decisión de un gobierno asfixiado por la crisis. Con el cobro de este canon buscaba engordar sus paupérrimas arcas aun a sabiendas de la contestación social que generaría la medida. En estos cinco años, el Ejecutivo de José Sócrates primero y luego el de Passos Coelho soportaron movilizaciones ciudadanas y las encendidas críticas de los sectores empresariales que veían en esos pórticos una amenaza para la relación económica transfronteriza y el turismo de procedencia mayoritariamente gallega. Pero ni hubo tal desgaste político por la desaparición de la gratuidad en estos viales - Coelho acaba de resultar reelegido con fuerte apoyo en la zona norte del país-, y además, parece haberle compensado. Solo en estas tres autovías norteñas que desde entonces funcionan como autopistas se ha recaudado la friolera de 422,3 millones de euros en peajes.

Esta multimillonaria cifra de ingresos fue reconocida a la agencia Lusa por Infraestructuras de Portugal (IP), la empresa pública que tutela las ex-Scuts Grande Porto, Costa da Prata y Norte Litoral. Esta última, A-28 -la más utilizada por los conductores procedentes de Galicia como los vigueses, con inicio en Viana do Castelo y final en Oporto- ocupa el segundo lugar en la recaudación en este lustro con 139,5 millones, superando a la de Grande Porto (122,4 millones) y por debajo de la de Costa da Prata (160,4 millones). Y de las tres, también la A28 protagonizó el mayor incremento en ingresos derivados del canon: de los 25,5 millones sumados en 2011 a los 31 de 2014.

Frente a lo que parece, desde Infraestructuras de Portugal aseguraron a varios medios lusos que esa millonaria recaudación se sitúa "muy por debajo" de las previsiones marcadas al implantar los peajes. Lo atribuyen al bajón del tráfico registrado en estos viales a causa de la colocación de los pórticos -ésta comenzó por los del Norte y se extendió posteriormente a los del Sur- si bien ahora considera que el número de pasos se "ha estabilizado".

Según datos oficiales, por la A28 circulaba en 2014 una media diaria de 23.595 vehículos. Este tránsito supone solo un 3,7% más que el año anterior, y pese a ello, ha sido el único ejercicio de los últimos cinco donde esta antigua autovía ganó tránsito, lo que da una idea del descenso que arrastra desde la implantación del cobro el 15 de octubre de 2010. Y es que hasta ese momento captaba 32.226 conductores.

La errática incorporación de nuevas modalidades de pago, que lejos de facilitar la adaptación al sistema ha generado más confusión entre los usuarios, sobre todo entre los extranjeros, ha contribuido tanto como el precio a espantar al tráfico. A esto hay que añadir las multas por impago recibidas por miles de conductores y abultadas por los desorbitados costes administrativos. Muchas de estas sanciones han sido tumbadas por los tribunales forzando al Gobierno luso a rebajarlas e incluso ofrecer nuevos plazos a los afectados para saldar lo adeuado.

"Brutal siniestralidad"

Para Jorge Passos, coordinador de la plataforma antipeaje en la A-28, la implantación de los pórticos en estas autovías "ha sido desastrosa para la imagen de Portugal además de un negocio ruinoso". Contrapone los 422 millones ingresados en cinco años a los 700 anuales que se comprometió a pagar el Gobierno a las empresas que construyeron los viales. "Lo recaudado no supone ni un 12%. Y lo que es peor, que se derivó el tráfico a las carreteras nacionales provocando un brutal aumento de la siniestralidad", zanja.

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