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Fue noticia en 1882

Un gran escenario

La inauguración del Gran Teatro Circo Tamberlick fue uno de los grandes acontecimientos de la época en la ciudad

Imagen exterior del centro cultural vigués, que se convirtió en un icono en el ámbito gallego. // FdV

Francisco Martínez, Augusto Bárcena y Jorge Pérez fueron que impulsaron el proyecto de construir un recinto que pudiera acoger a las compañías de teatro que actuaban por toda España. Vigo carecía en aquella época de un gran escenario. La actividad cultural era intensa. En el mes de febrero de 1882 presentaron su iniciativa en el Ayuntamiento de Vigo, que de inmediato concedió la licencia para ejecutar las obras. La ciudad tenía 16.000 habitantes, según los números oficiales.

El diseño lo realizó el arquitecto Alejandro Rodríguez, aunque fue modificado en el tramo final de la construcción. Se cambiaron algunos elementos de la entrada principal. La fachada tenía 30 metros de ancho y 45 de fondo, según se explica en los planos. En el interior se ubicó una pista central de 13 metros de diámetro y un escenario de 18 metros de largo y 14 de fondo. En el recinto había 29 palcos y la capacidad total era de 800 personas sentadas. El presupuesto de la obra fue de 40.000 pesetas.

Para nombrarlo, los propietarios eligieron el de Teatro Circo Tamberlick. El recinto se podría utilizar como representación de obras teatrales. El Circo se eligió por el nombre que tenía la calle en aquella época. Y el Tamberlick por el empresario que tenía la compañía que actuó allí por primera vez. Fue con la obra 'El Poliutu'.

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El Decano dedicó un amplio espacio a la inauguración. Destacaba el lleno absoluto que registró la sala con la presencia de las primeras autoridades locales. También el buen nivel musical de la obra. Sin embargo, se criticaba el excesivo número de escaleras que se debían superar para acceder a la entrada principal. Y también la poca iluminación del recinto.

Todas estas deficiencias fueron corregidas, salvo la escalinata, que no se eliminó y quedó como un símbolo. Su estructura interior se mantuvo durante varios años, aunque se variaron algunos elementos de la fachada, sobre todo en la parte superior.

El Teatro Cine Tamberlick fue un gran centro cultural. Todas las semanas se realizaban representaciones, tanto musicales como de otros géneros. Se convirtió en un punto de referencia no solo en la ciudad sino también toda Galicia. Muchas compañías, tanto de teatro como musicales, programaban sus actuaciones allí. Le consideraban una lugar ideal, tanto por su gran capacidad para acoger espectadores como por la amplitud de su escenario. Uno de lo momentos más importantes de su historia llegó el 29 de abril de 1897 cuando se proyectó la primera película. Fue en 1930 cuando llegó el cine sonoro y también acogió esa proyección por primera vez en Galicia.

La actividad que registró fue intensa y superó todas las expectativas que habían diseñado los impulsores de la iniciativa. Estaba integrado en la vida cultural de la ciudad y el paso del tiempo le convirtió en un icono. Sufrió varias reformas. Una de las más importantes fue cuando desapareció la pista central.

En 1965 comienza otra época. Lo compra la Empresa Fraga para convertirlo en un cine. Para adecuarlo a la nueva actividad realiza una profunda transformación. Casi todo el interior es modificado sin contar con la correspondiente licencia municipal. Se pasan de los 800 espectadores que podía acoger a superar los 1.100. También se tenía la intención de cambiar el aspecto exterior, algo a lo que siempre prohibieron las autoridades municipales.

El Cine Tamberlick acogió la proyección de múltiples películas de éxito. Se programaban allí o en el Cine Fraga. Ambos tenían la ventaja de estar en el centro de la ciudad y disponían de una amplia capacidad para acoger al público. Los dos acogían en su interior grandes carteles de cada película, lo que les llevó a convertirse casi en un museo.

En el año 1991 desapareció el Cine Tamberlick. Durante muchos años fue un local abandonado lo que provocó un grave deterioro. En la actualidad es un edificio de viviendas, pero su exterior se ha conservado intacto al estar acogido al Plan Especial de Edificios a Conservar.

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