Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El patrimonio sanitario de la ciudad

La apertura del Cunqueiro deja sin uso sanitario en Vigo una superficie equivalente a doce estadios de Balaídos

Se clausuran cinco edificios, cuatro del Estado y uno de la Xunta. El primero fue el de Coia

La entrada principal de hospitalización del Xeral, con escasa iluminación y casi desierta, tras el traslado de casi toda la actividad de la torre. // Fotos de Marta G. Brea

Con la apertura del Álvaro Cunqueiro no solo se estrenan unas nuevas instalaciones. Toda la red de servicios hospitalarios del área de Vigo se reordena, unificando servicios y agrupación recursos desperdigados. Como resultado de esta redistribución, cinco edificios sanitarios cerrarán sus puertas. En total, el patrimonio público que se deja sin uso suma más de 83.000 metros cuadrados construidos, equiparables a doce terrenos de juego de Balaídos. Cuatro de ellos están cedidos por la Tesorería General de la Seguridad Social -dependiente del Ministerio de Empleo- al Sergas. Son el Hospital Xeral -excepto su Anexo II-, el Policlínico Cíes y los centros de especialidades de Coia y A Doblada. El quinto, el Hospital Psiquiátrico Rebullón, fue construido por la Diputación de Pontevedra, que se lo transfirió más tarde a la Xunta.

El vaciado que más repercusión está teniendo es el de la torre del Xeral. El vínculo emocional de la ciudad con el Pirulí es fuerte, tanto por el impacto de su silueta en el skyline, como por el que sus 60 años como maternidad han dejado en el corazón de sus habitantes. Pero no solo se trata de un tema sentimental. Del volumen de usuarios y trabajadores vivían alrededor de 200 comercios de la zona, que dan trabajo a unas 600 personas, según los cálculos de la asociación de comerciantes. Vecinos y diferentes colectivos también muestran su preocupación por el futuro incierto al que se enfrenta este enclave, en pleno centro de la ciudad.

De sus 54.326 metros cuadrados de superficie total construida, solo quedará operativo el Anexo II, con entrada por la calle Pizarro. Allí permanecerá la Unidad de Reproducción Asistida y ya se han incorporado el centro de salud de la calle Bolivia -al que se sumarán los pediatras del de A Doblada próximamente-, el Centro de Orientación Familiar y la Rehabilitación de Coia. Después de las necesarias reformas, se instalarán las unidades mentales de A Doblada y Coia -ahora reunidas en el primero- y un Punto de Atención Continuada -urgencias extrahospitalarias- de alta resolución.

Aunque sin ingresados y con muy poca actividad, la torre del Xeral aún mantendrá sus puertas abiertas una temporada. Permanece un TAC en funcionamiento para tratar de que, con el traslado y los retrasos en el equipamiento de Radiología, no se dispare la lista de espera de pruebas en pacientes ambulatorios. Además, en la planta 0, aún está en marcha el laboratorio. Este se fusionará con el del Meixoeiro para crear el laboratorio central en la superficie que ocupaban las urgencias de este hospital. La anulación de la licitación para comprar los nuevos equipos retrasará su puesta en marcha.

"Los cinco que se despiden" // Marta G. Brea

Haz clic para ver la galería

Con mucha menos ruido, el primero en vaciarse fue y poner el candado ha sido el centro de especialidades de Coia. Lo hizo el 16 de septiembre. Tras inventariar lo que quedaba en su interior para buscarle otro uso, el Sergas ha iniciado ya la tramitación para su reversión. El sábado 31 es la fecha oficial en la que abandonará el inmueble para devolvérselo a la Tesorería General de la Seguridad Social, que ha eludido pronunciarse sobre el futuro de este y de los otros tres edificios que recuperará. La presidenta de la Asociación de Vecinos Cristo da Victoria, Marisol Polo, hace una propuesta: "Las guarderías de la zona están masificadas y, con Navia al lado, podría ser un buen punto para poner una de precios módicos". Al colectivo, con unas instalaciones que "se quedan pequeñas" también le vendría bien unas aulas para organizar actividades de ocio para pequeños y mayores. "Un proyecto que sea una ventaja para todos y aleje el vandalismo", pide.

En el otro centro de especialidades de la ciudad, el de A Doblada, desconocen cuando van a clausurarlo. Ya se ha mudado más de la mitad de su actividad con las consultas de Digestivo, Traumatología, Otorrinolaringología y Cirugía. El viernes 30 se desmontan también sus salas de Radiología. La unidad de salud mental y las tres consultas de pediatría del centro de salud contiguo -a las que da cobijo por su saturación- se trasladarán al anexo del Xeral tras su reforma.

En esta reordenación de la atención hospitalaria, el Policlínico Cíes como centro de cirugías de ciclo corto, pierde su sentido. Toda la cirugía mayor ambulatoria y la de corta estancia -excepto la pediátrica- se concentrará en el Meixoeiro. Sin embargo, por lo menos durante octubre, el Sergas ha decidido que sigan funcionando en el edificio de Bar Boo quirófanos de Oftalmología. Hace seis años, se planteó reformarlo para que, una vez abierto el nuevo hospital, sirviera para instalar la Gerencia de Atención Primaria, ubicada en el centro de salud de Rosalía de Castro. La propuesta se abandonó.

El único de los que cierran que quedará en manos de la Xunta es el Hospital Psiquiátrico Rebullón. Cuando concluyan las reformas en el Nicolás Peña, se trasladarán allí sus 68 camas. En el recinto, de unas seis hectáreas y con 25.666 metros cuadrados construidos, solo está previsto que se mantenga la nave que se emplea como archivo -de unos 5.000 metros cuadrados-, una de las dos bases de ambulancias que el 061 tiene en la ciudad y las nuevas instalaciones de Cogami -otros mil metros cuadrados-. Para el resto del complejo, no hay ningún plan. En 2001 se anunció que se adaptaría para albergar el Centro Gallego de Desarrollo Integral para Personas con Discapacidad (Cegadi) , que finalmente, se construyó en Salgueiriños y aún está pendiente de apertura.

El primer rascacielos de la ciudad y la cuna de 240.000 de sus bebés

Cuando el 6 de septiembre de 1955 abrió sus puertas como Residencia Almirante Vierna, sus 18 plantas lo convertían en el rascacielos más alto de España. En la actualidad, es precisamente la verticalidad uno de las causas de su falta de funcionalidad como hospital.

Las sucesivas construcciones de anexos y las reformas en su fachada han diluido el valor arquitectónico del edificio diseñado por Martín José Marcide, pero el simbólico y sentimental es muy fuerte. Entre otras cuestiones, en el han nacido más de 240.000 personas del área viguesa. Empezó su actividad con 64 pacientes y 147 trabajadores. Las alrededor de 600 camas que alcanzó con los años se quedaban muy escasas en sus últimos años.

Despidió a sus últimos ingresados el pasado 24 de septiembre, con el traslado de la maternidad del Álvaro Cunqueiro. Aún funciona el laboratorio -que se unificará en el Meixoeiro- y una sala de pruebas de TAC. Se desconoce el momento en el que el que el emblemático Pirulí cerrará sus puertas definitivamente -ni siquiera se ha licitado el equipamiento del laboratorio central-, pero su interior ya da la sensación de edificio fantasma.

Compartir el artículo

stats