Resolver las "deficiencias" del nuevo hospital de Vigo y hacer que "funcione mejor" es una de las principales encomiendas que recibió del presidente de la Xunta al nombrarle conselleiro de Sanidade. Cuatro días después de tomar posesión del cargo, Jesús Vázquez Almuiña se desplazó ayer al Álvaro Cunqueiro para conocer de boca de los profesionales la situación a la que se enfrenta. Los jefes de servicio fueron los primeros a los que convocó. Sobre la mesa expusieron los "serios" problemas con los que se encuentran día a día y reprocharon que, en buena medida, se deben a que se adoptaron decisiones sin contar con los profesionales o haciendo caso omiso a su opinión manifiesta. Entre las deficiencias que urge solventar apuntaron a los problemas con la limpieza del material quirúrgico, que está ralentizando los quirófanos y obligando a suspender cirugías. Piden una unidad de esterilización en el hospital.

Con mayor o menor dureza, todas las intervenciones de los mandos fueron críticas. Denunciaron problemas organizativos por la velocidad a la que se realizó el traslado, que entienden que se pueden resolver con voluntad. Se quejan de falta de mobiliario y deficiencias de material, para cuya adquisición piden un esfuerzo económico, así como que se aceleren las compras en curso -por ejemplo, en cuanto a los equipos de radiología-. También reclaman alguna obra para reformar espacios que, reprochan, se habían solicitado hace tiempo. Lamentan que algunas de estas peticiones, aunque hubiera dinero, ya son difíciles de lograr. Se refirieron principalmente al laboratorio central, cuya ubicación habían reclamado en Beade. Insistieron en los problemas que provoca el transporte de las muestras del principal hospital, pero son conscientes de que el problema ya tiene difícil solución por falta de espacio. De hecho, también le recriminaron los recortes en las dimensiones del la construcción.

Los que sí esperan que se pueda lograr es una unidad de esterilización para acabar con los retrasos y las suspensiones en cirugías porque el instrumental no llega a tiempo desde el Meixoeiro o lo hace en malas condiciones. Ayer mismo, se suspendió una operación de corazón, con el paciente ya en quirófano, porque el material estaba sucio. Una de las soluciones que se adoptarán es el aumento de la frecuencia en el transporte, según la directora de Procesos Asistenciales, Mar Vélez. Para los responsables quirúrgicos, es insuficiente.

También expusieron las dificultades a las que se enfrentan por la "bicefalia" en la gestión del hospital: los temas sanitarios los lleva la Gerencia del Sergas en Vigo y el resto, la concesionaria. Critican que muchos temas quedan estancados porque "se pasan la pelota" de uno a otro y porque la comunicación con la UTE no es fluida. Entienden que su "interlocutor único" debe ser el gerente, Félix Rubial, y que éste tiene que tener capacidad para exigirle a la empresa. El conselleiro les dio la razón.

A los responsables de los servicios del Chuvi les ha gustado que Vázquez Almuiña haya acudido a "ver los problemas sobre el terreno". Entienden que su visita es un indicativo de que prioriza el Álvaro Cunqueiro en la gestión que inicia y que se lo toma en serio. Aplauden también su talante dialogante y conciliador, así como que sea de la casa y conozca bien el área. "Un buen perfil", coinciden. No dudan de su voluntad, pero sí de su margen de maniobra. Por ello, le dan un voto de confianza con fecha de caducidad: dos semanas. La época de gripe, la de más trabajo del año, está cerca y hay que estar listos para recibirla.

Con matices, la sensación que el nuevo conselleiro ha dejado entre los diferentes colectivos con los que se reunió ayer, es parecida. Madrugador, llegó a las 8 de la mañana y accedió por Urgencias. Sorprendió con su temprana visita a los celadores acampados en el hall y les prometió recibirlos en Santiago. Se dirigía a la reunión con los jefes de servicio, a la que le siguió otra con la junta de personal, un acto abierto a los trabajadores -del que fueron desalojados los periodistas- y un encuentro con las supervisoras de Enfermería. Todas, con la presencia de Rubial. Se marchó rozando el mediodía y su despedida fue el momento más conflictivo. Más de un centenar de trabajadores lo siguieron pidiendo a gritos la dimisión del gerente.

"Tomo nota" fue la frase que más repitió el conselleiro. Escuchó mucho, todo quejas, y habló más bien poco. Arrancó las reuniones con una breve presentación, destacando que solo lleva "cuatro días en el cargo". En el acto abierto a los trabajadores, se presentó como un miembro de la plantilla, con su plaza de médico en el Chuvi, en la que confesó que quería terminar su carrera laboral. Destacó que, de hecho, conoce bien a muchos de los que ahora le reclaman soluciones para el Álvaro Cunqueiro. Resaltó que sabe que la plantilla del complejo está integrada por "grandes profesionales" y no pone en duda que estén haciendo todo lo posible por resolver las dificultades. Reconoció "errores" en la gestión de la puesta en marcha del nuevo hospital y prometió trabajar para resolverlos y para que sea el centro puntero en España en el que está convencido que se puede convertir. "Vigo es una comarca que se merece un hospital de primera categoría", defendió. Les prometió regresar pronto. Espera que sea el próximo martes, día en el que está convocada la huelga.