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Avispa asiática, una pesadilla volátil

La peligrosidad de su picadura obliga a Bomberos, Protección Civil y Policía Local a acudir a un curso protocolario de actuación -Su presencia en Vigo aumentó un 40% este año

Los cuerpos de seguridad atienden los consejos de los apicultores.

La sombra de la avispa asiática es alargada. Aunque el verano terminase y con él su época de mayor presencia, no se pueden abandonar los controles y vigilancia que se llevaron a cabo durante los meses estivales.

Los apicultores están en constante contacto con este especia a lo largo de todo el año, por lo que saben realmente su comportamiento y cómo hacerle frente, no solo eliminando sus nidos, sino a la reina, que es la que provoca los asentamientos.

En el último año, el número de desinfecciones de avispas asiáticas, también conocidas como velutinas, se ha incrementado en un 40% con respecto al 2014, y sólo desde el mes de julio, los bomberos retiraron 120 nidos de las calles, casas y parques vigueses.

La situación es preocupante y aunque el protocolo de actuación es conocido y se cumple a rajatabla, la Asociación Galega de Apicultura junto al Concello olívico organizaron un curso de intervención y retirada de avisperos. Al simposio acudieron efectivos de la Policía Local, Protección Civil, Bomberos y un equipo de desinfección.

Vigo es la ciudad más perjudicada por los asentamientos de esta clase de insecto, por ello, los expertos apicultores escogieron el zoológico vigués para la realización de los cursos. Además de explicar los correctos modos de actuación, también se dedicó tiempo al conocimiento de las avispas, cómo actúan, cómo trabajan, cuándo atacan. "Hay que conocer bien al enemigo para hacerle frente", relataba Salvador Martínez, apicultor que impartió los cursos.

Uno de las cuestiones en la que se hizo más énfasis fue la costumbre. "Cada vez que nos encontramos un nido de avispa, supone una alarma. No podemos acostumbrarnos a verla y que se convierta en algo normal. En cada enjambre puede haber hasta 18.000 ejemplares, es muchísimo y muy peligroso, tanto para la gente por lo nocivo de su picadura como para las colmenas de abejas, ya que las matan", explica el apicultor.

La idea de llevar a cabo esta pionera iniciativa no surgió por casualidad. Los expertos sabían que los insectos llegarían pero nunca se imaginaron que con tanta fuerza. "Vimos como afectó a Francia y sabíamos que aquí también se darían, pero nunca nos imaginábamos que fuese tan grave. Este año ha sido el peor, horrible vaya. Las reinas que no se mataron el año pasado, se asentaron este y fueron muchas", añade.

Su picadura puede ser mortal

Además del conocimiento básico del insecto, también se afondó en el trabajo directo de los cuerpos de seguridad. Reconoce que aunque parezca rutinario, cada caso es diferente. "Lo principal siempre es la seguridad del ciudadano, una vez esto está logrado, respetar el medioambiente también es fundamental. Por ejemplo, si encontramos un nido dentro de un árbol, nunca debemos talarlo, mejor sellarlo con arcilla. En el caso de que se encuentre en una chimenea, desalojar a los individuos y, si es necesario, estar más de dos días, pero nunca arriesgarse a que piquen a alguien son realmente peligrosas" , concluye Salvador Martínez.

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