Con el fin del proceso de traslado al Álvaro Cunqueiro, los ánimos no se han relajado. Con motivo del inicio de un encierro en el que participarán las distintas categorías del personal del Sergas, la junta de personal del Chuvi realizó ayer una movilización en consultas externas, en la que corearon consignas como "Privatización es corrupción" y exigieron la dimisión del gerente del área sanitaria, Félix Rubial, y de la conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera por no dar respuesta a las "deficiencias". La protesta culminará con una huelga de 24 horas el próximo martes 13 de octubre, que todos los sindicatos han convocado al considerar que "el hospital es una estafa". Están llamados a secundarla más de 3.000 trabajadores.

La Gerencia del área sanitaria respondió a través de un comunicado en el que critica el tono de "dramatismo" que "se empeñan en conferir a las dificultades inherentes" a la apertura del hospital. Asegura que las "incidencias" registradas son "desajustes imprevistos enmarcados dentro de la normalidad de un proceso de esta magnitud". Considera "inadmisible" cuestionar la calidad asistencial, así como "instrumentalizar, manipular y magnificar las dificultades" y los acusa de desprestigiar al Chuvi. Garantiza que, en "la fase de ajuste" que acaba de empezar, se efectuarán "las modificaciones y mejoras necesarias" por "orden de prioridades".

Con tiendas de campaña en el hall principal y en la entrada de consultas externas, los celadores fueron los primeros en iniciar el cierre, hace tres días. El colectivo ha sido especialmente castigado por la apertura del nuevo hospital, ya que la externalización de los servicios no sanitarios, como la cocina o la lavandería, han incrementado su plantilla con personal reclasificado, al tiempo que ven reducidas sus funciones por la entrega del servicio de transporte a la concesionaria del hospital.

Ahora se les suma el resto del personal. "Nos concentramos, nos cerramos y, si quieren, que llamen a la Guardia Civil", desafió el presidente de la junta de personal, Ángel Cameselle (CCOO). Entre los motivos que les han llevado a organizar estas movilizaciones, destacó los "recortes" en los recursos del hospital, el mal funcionamiento de la lavandería, la suspensión de operaciones por problemas con esterilización... "La realidad es que no hay más que problemas", resume.

María Xosé Rodríguez Vilaseco (CIG) sostiene que "ahora se empiezan a ver las consecuencias de la privatización" de cocina y lavandería, con uniformes "sucios" y pacientes que "pasan hambre". También denunció que, para organizar el traslado, "no se contó con los profesionales en ningún momento" y a ello atribuye las deficiencias denunciadas en Inspección de Traballo y que no han sido respondidas. Malules Carbajo (Satse) ha puesto el énfasis en el déficit de personal. "No son cosas que nos inventemos, nos gustaría no tener que estar aquí, denunciando", asegura y lamenta que el Sergas "no resuelve nada".