El albergue municipal alcanza su nivel de usuarios y pernoctaciones más bajo desde que se puso en marcha, en diciembre de 2012. Entre enero y agosto por el centro de Marqués de Valterra desfilaron 420 "sin techo" diferentes a los que se gestionó 7.984 estancias. Son 18 personas y 271 "noches" menos que durante el mismo período de 2014 y unos datos muy alejados de los registrados en 2013, primer año de actividad del recinto. Debido al desconocimiento de sus servicios, la novedad y que todavía no se había consolidado un perfil de usuario, durante sus 12 primeros meses el albergue alcanzó un gran movimiento de "sin techo". Entre enero y agosto de 2013, por ejemplo, se despacharon 8.592 estancias protagonizadas por las algo más de 500 personas que acudieron a Marqués de Valterra. A pesar de esa caída paulatina de actividad, el nivel de ocupación del albergue sigue siendo muy elevado. Según los datos del Concello, durante los primeros ocho meses del año se llenaron el 84,14% de sus plazas. Eso significa que, de media, cada noche se ocuparon casi 33 de las 40 plazas que ofrece el albergue -desde mayo su capacidad se redujo ligeramente hasta las 38 plazas, 30 para hombres y 8 para mujeres-.
Lo que no varía es el perfil del usuario. La mayoría de los "sin techo" que acuden a las instalaciones de Marqués de Valterra son hombres de nacionalidad española. El balance elaborado por el Concello de Vigo revela que entre enero y agosto respondieron a ese perfil el 49% de las personas -207 del total de 420- que pasaron una noche en el albergue. El número de españoles de ambos sexos también supera con creces al de los extranjeros: hasta el pasado 31 de agosto los usuarios de Marqués de Valterra con una nacionalidad diferente a la española habían protagonizado 3.307 estancias en el albergue, el 41% del total y cerca de 1.300 menos que las disfrutadas por "sin techo" españoles. Desde la dirección del albergue se explica que el perfil se ha mantenido más o menos estable con respecto a 2014. Destacan los parados de larga duración que llevan tiempo viviendo en la calle. El centro relaciona el ligero descenso de actividad con el buen resultado de los talleres, asesoramiento... que presta a los usuarios en el albergue, gracias a lo que logran más alternativas para pasar la noche que las instalaciones de Marqués de Valterra.
El albergue abrió sus puertas en diciembre de 2012 para atender a las personas en riesgo de exclusión social. Durante sus primeros meses las instalaciones -con una superficie de más de 2.000 metros cuadrados distribuidos en tres plantas y un amplio patio de 1.600 m2, de los que cerca de 600 m2 se destinan a huerto- recibieron un aluvión de usuarios diferentes, que visitaban el centro sin conocer sus servicios ni normas. Esa circunstancia provocó que durante sus primeros meses las estadísticas de atención arrojasen datos muy elevados. Con el paso del tiempo el número de usuarios se fue estabilizando, sin embargo, hasta llegar a las cifras actuales. Desde la dirección del centro explican, por ejemplo, que durante el verano de 2015 se ha registrado por primera vez una actividad similar a la de los meses des invierno, una estación con mucha demanda por las bajas temperaturas y la lluvia. La razón es que los usuarios del albergue cuentan ya con el servicio y lo usan todo el año, incluso cuando las temperaturas son más agradables y el parte climatológico es mucho más benévolo.
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Otro servicio clave es el comedor social. Durante los últimos ocho meses el comedor atendió a 689 usuarios diferentes, a los que sirvió 15.150 platos de comida. Al igual que ocurre con el albergue, la demanda de esta prestación también se ha estabilizado en 2015: durante el mismo período del año pasado las instalaciones recibieron 56 usuarios más y despacharon 377 menús por encima de las cifras de 2015. La media de personas diferentes que se sientan a su mesa es de casi 257 personas por mes. Los datos de ocupación son en este caso superiores incluso que los del albergue, ya que entre enero y agosto se llenaron por término medio 62 de las 70 plazas del comedor, lo que significa que cada jornada se alcanzaba un 89% de ocupación. El perfil del usuario es también similar al del albergue: el 53,8% de los platos de comida repartidos fueron para hombres españoles. Los varones y mujeres extranjeros representaron el 38,4%.
A mayores del albergue y el comedor social, el Centro Integral de Inclusión y Emergencia Social (CIIES) del Concello presta otros servicios a las personas en riesgo de exclusión social, como el centro de día, que dispone de 20 plazas; la unidad de higiene, con 230 plazas; dos pisos que suman 20 plazas -uno de 11 y otro de 8-; o el equipo de calle. En total, el CIIES ofrece así 379 plazas cada jornada. El denominado Piso Básico recibe a usuarios derivados por la Trabajadora Social Municipal o el propio CIIES -a diferencia del albergue o el comedor- y cuya idoneidad antes ha sido avalada antes del ingreso por un equipo técnico. Entre enero y agosto se derivaron al piso a cuatro personas, se dio de baja a dos y una presento su rechazo. En total, a lo largo de los últimos ocho meses emplearon el servicio 11 personas.
