"Cómo se parece a Angela Merkel esa señora", le espetó Cristina -una viguesa de vacaciones en Alemania- a su marido cuando entraba en un supermercado "Ulrich" de la capital berlinesa. "Pues sí... ¡y tanto!". El parecido resultó confirmarse, para su sorpresa, unos pasos más adelante.

Flanqueada por cuatro o cinco escoltas, la canciller alemana hacía la compra con la tranquilidad de cualquier ciudadana, tirando de un carrito y con su look habitual de chaquetas de color, en esta ocasión roja. Así lo relata la viguesa, vía telefónica, ya que continúa su tour.

Aunque el matrimonio gallego no pudo acercarse más a la mandataria europea, ni tampoco observó lo que portaba en el carrito, sí percibieron un detalle: la canciller llevaba dentro de su bolso otra bolsa reciclada en la que guardó su compra. "Estaba seria y no había nadie alrededor", explican. Como testimonio del momento ha quedado una foto en pleno súper con el personal de seguridad de la política en primer plano.

No es la primera vez que Angela Merkel se deja ver en sus tareas diarias. Un periodista español se la encontró haciendo la compra a 48 horas de las elecciones en 2013. También el año anterior, pocas horas después de firmar en Bruselas el Pacto Fiscal, la doctora en Física y política de éxito se comportaba como cualquier hausfrau (ama de casa) alemana, que busca un momento en su jornada laboral para hacer un recado.