Bajo una pancarta que reza "Sanidade pública. Celadores sí, TIGAS non", un total de 400 celadores del Chuvi iniciaron ayer en el Hospital Álvaro Cunqueiro un encierro para denunciar que la privatización de su servicio. Esta acción se mantiene las 24 horas del día y se alarga hasta el próximo 13 de octubre, fecha en la que ha sido convocada una huelga general en favor de una sanidad cien por cien pública en Vigo.

Además del recorte en sus tareas, ahora ya solo se encargan del trato directo con el paciente, denuncian que los nuevos trabajadores "no están lo suficientemente cualificados para llevar a cargo sus funciones, que cobran mucho menos que nosotros y trabajan más horas. No tienen la preparación necesaria para tratar estos asuntos ni manejar historiales médicos. Por lo menos no realizan tareas de atención al paciente, porque entonces sí que ya no se nos necesitaría para nada", explica Margarita López, celadora del Chuvi y concejala de Marea de Vigo, quien no pudo acudir al pleno por "mostrar todo el apoyo posible" a sus compañeros.

Asimismo, reconocen que nadie les avisó de la entrada de estos nuevos trabajadores, "simplemente llegamos y nos los encontramos, nadie nos dio explicación alguna. No tenemos ninguna notificación legal de lo sucedido", comenta Patricia Vidal, también celadora del Chuvi.

Entre el sector más perjudicado por el recorte de las funciones es el 3% de celadores que cuentan con puestos adaptados. "Los profesionales que tienen algún tipo de problema para desarrollar de manera normal las actividades se encargaban siempre del papeleo, ahora estas funciones las desempeñan los trabajadores TIGA, por lo tanto ellos ya no tiene nada que hacer aquí, obligándolos a pedir jubilaciones anticipadas o a marcharse a sus casas porque no tiene trabajo para hacer", relata Patricia Vidal.

Los enfermeros se rebelan

Los celadores abrieron la veda con un encierro y todo parece indicar que los siguientes serán los enfermeros. El Colegio de Enfermería recibió por parte de sus colegiados numerosas quejas por el mal funcionamiento del nuevo hospital. Tantas fueron, que el presidente y varios miembros de la junta del Colegio se personaron en Beade para comprobar dichos fallos y también apoyar el encierro de los celadores.

Joaquín Llorca, portavoz del Colegio, reconoce que la visita les dejó "alucinados". "Nos encontramos un gran colapso en muchos servicios. Se pierden fichas médicas, los auxiliares y enfermeros no saben donde están las cosas, no se clasifica a los pacientes por dolencias, estamos alucinados. Esto provoca un deterioro profesional del propio enfermero y un riesgo para el paciente", comenta.

Hoy mantendrán una reunión con los enfermeros del servicio y familiares de pacientes a fin de definir las medidas a tomar.