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La carrera espacial de la Universidad de Vigo

Y a los 13 días... el Serpens desconectó

La Universidad inicia un parón en las operaciones. En 4-8 semanas recogerá datos de sensores

En color verde, la órbita del Serpens. // axa

El Serpens cumple hoy trece días en órbita y todavía deberá esperar "entre 4 y 8 semanas" para terminar la fase de puesta en marcha, encender su carga útil y empezar a recibir y transmitir los datos ambientales de sensores instalados en Galicia y Brasil. Las operaciones se han suspendido esta semana ya que el tercer cubesat vigués solo realizará pases nocturnos sobre la ciudad hasta principios de octubre y los ingenieros quieren evitar que consuma su batería. Mientras tanto, seguirán contactando y comprobando el estado del nanosatélite los ingenieros de la sala de control de Brasilia.

"La órbita es peculiar porque es la misma que la de la Estación Espacial Internacional (ISS). En los primeros días ya ha descendido diez kilómetros de altura, pasando de los 401 kilómetros a los que se lanzó a los 391. Y al contrario del Humsat-D, con el que estuvimos operando un año, el Serpens solo tardará entre 3 y 5 meses en reentrar en la atmósfera y destruirse. Se trata de una misión más concentrada e irregular que las anteriores para comprobar este desarrollador tecnológico", compara el profesor Fernado Aguado.

Otra diferencia es la baja temperatura, pues el Serpens orbita en ocasiones a temperaturas de -20 grados centígrados: "Cuando operamos por la mañana, como ocurría hasta ahora, el satélite acaba de salir de su noche y, por tanto, está más frío. Sin embargo, si los pases son por la tarde, como ocurrirá a partir de octubre, significa que está a punto de entrar en su noche y, por tanto, llega de su periodo más extenso expuesto al sol".

En la etapa actual -commissioning en el argot aeroespacial- pone a prueba la plataforma del nanosatélite, integrado por dos sectores diseñados en Vigo y Brasilia. Los ingenieros del campus han diseñado una evolución de los subsistemas de comunicación del HumSat-D y el XaTcobeo, mientras los latinoamericanos testan sus paneles solares para la generación de potencia, así como el sistema de encendido y apagado.

En cuanto finalice esta fase, el satélite recibirá datos de sensores instalados en universidades e institutos brasileños, en el campus y en Pontevedra -a los instalados en la plaza de España se unirán otros dispositivos en una ubicación por determinar-. Y quizá también se instale algún sensor en Ourense.

Los socios brasileños están "muy contentos" con los vigueses y ya trabajan en el Serpens 2. "No tenemos confirmación de si volverán a contar con nosotros, pero obviamente Brasil quiere instalar a largo plazo una red de nanosatélites para el control ambiental y nosotros somos un socio de referencia, no solo en Serpens sino en proyectos con otras aplicaciones comerciales. Estamos preparados para desarrollar un trabajo institucional. El Serpens es un demostrador de tecnología y puede ayudar mucho", destaca Aguado.

La red Humsat, ideada y coordinada desde Vigo, puede ser una solución para Brasil y también para otros países: "La utilización de nanosatélites y su sostenibilidad dependerá de que sea un servicio demandado por varios países y la monitorización de cuencas hidrográficas y de generación de potencia en boyas es una necesidad a nivel mundial. Todo lo que hacemos tiene una transferencia inmediata. El siguiente paso en la carrera aeroespacial de Vigo es el Centro de Innovación de Zona Franca. Será la forma de continuar con un contacto directo con la industria gallega".

Tras permanecer durante 23 días en la ISS, el Serpens fue lanzado al espacio el 17 de septiembre. Llegó a la Estación Internacional el 24 de agosto a bordo del carguero japonés Kounotori. Tras sustituir su carga por material de desecho, los astronautas lo enviaron este lunes -a las 6.53 hora española- de regreso a la Tierra para que se destruyese en contacto con la atmósfera.

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