El rechazo a pagar el parking del Álvaro Cunqueiro ha derivado en un grave problema de seguridad vial en el entorno, con decenas de personas que caminan en paralelo a la calzada mientras el tráfico pasa a su lado, y cruzan directamente sin la protección de ningún paso de peatones sorteando los vehículos que circulan por allí.
Cientos de conductores buscan huecos alrededor del complejo sanitario para dejar el coche, algunos de ellos en el perímetro de las rotondas; otros subidos directamente a montículos, muchos de ellos apretujados en pequeños terrenos en los que se improvisan aparcamientos en batería con recorridos mínimos para entrar y salir. Los márgenes de la carretera Clara Campoamor, de doble carril por sentido, están atestados de coches y en cualquier momento puede verse a peatones jugándose el tipo al pasar de un lado a otro.
Ancianos que esperan para cruzar en isletas, otros peatones que caminan por la pintura de la mediana mientras los coches pasan en las dos direcciones, una pareja que pisa directamente la calzada en paralelo a los coches mal aparcados y de espaldas al tráfico... Todas son imágenes que podían verse ayer al lado del hospital.
Estacionar en el Cunqueiro cuesta 1,86 euros cada hora, doce la jornada completa, lo que ha generado una enorme ola de rechazo. El parking para el personal sanitario, de 700 plazas, estaba a las nueve de la mañana ya al completo.
El alcalde, Abel Caballero, afirmó ayer que la Policía Local "tiene instrucciones de dedicar una vigilancia especial" en el entorno y, aunque desaprueba cruzar los viales andando en esas condiciones, sí mostró cierta comprensión hacia el hecho de que los conductores busquen alternativas al parking de pago, responsabilizando de ello al presidente de la Xunta. "Ayer había coches ocupando los lugares más insólitos. Es lo que ocurre cuando se pone un aparcamiento con precios astronómicos", lamentó mientras exhibía una fotografía ilustrativa. Para Caballero en estas circunstancias "las multas son lo de menos" y lo importante es la seguridad vial.
