El satélite Serpens madrugó para realizar su primer contacto con los ingenieros vigueses que lo desarrollaron y ensamblaron el pasado marzo en Brasil. Casi 17 horas después de su lanzamiento desde la Estación Espacial Internacional, el cubesat hispanobrasileño sobrevoló por primera vez la ciudad y pudo contactar con la sala de control de la Escuela de Telecomunicación a las 6.41 horas. A este primer pase le siguieron otros tres en torno a las ocho de la mañana, las nueve y media y las once, el último previsto para la jornada de ayer. La previsión para hoy es que orbite de nuevo sobre Vigo en tres ocasiones.
El equipo de Fernando Aguado ya pudo acosarse el jueves con la tranquilidad de que el nanosatélite había sido detectado desde Brasil y Japón. La agencia espacial del país sudamericano (AEB) confirmaba el mismo día de su puesta en órbita que sus señales habían sido captadas correctamente por varios radioaficionados.
Algunas universidades brasileñas, en particular, la estación de la Federal de Santa María en colaboración con el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) también han ayudado en la recepción y rastreo del satélite.
Durante las próximos días, los investigadores de los campus de Vigo y Brasilia comprobarán el estado de los sistemas del aparato. Sus pases sobre ambas estaciones de control serán irregulares debido a que orbita a una altitud de unos 400 kilómetros, la misma de la ISS.
Según explicaba ayer Aguado en el diario de la institución viguesa, el Serpens sobrevolará el campus una media de 3-4 veces diarias. Los pases comprendidos entre el 27 de septiembre y el 3 de octubre no serán válidos, ya que coincidirán con la noche y los investigadores prefieren no incrementar el consumo energético del satélite.
El tercer cubesat vigués fue lanzado al espacio a las 14 horas del jueves tras permanecer durante 23 días en la ISS, adonde llegó el pasado agosto a bordo del carguero japonés Kounotori 5. El astronauta nipón Kimiya Yui dirigió la operación de expulsión mediante el lanzador J-SSOD del módulo Kibo, que tan solo 10 minutos antes también había eyectado con éxito el S-Cube, otro nanosatélite de igual tamaño desarrollado por la universidad tecnológica japonesa de Chiba.
En cuanto esté operativo, el Serpens comenzará a recoger los datos ambientales enviados por sensores de bajo coste instalados en Brasil, Vigo y Pontevedra dentro de la constelación de satélites Humsat ideada y coordinada por el profesor Aguado con el apoyo de la ONU.
Además de las universidades de Vigo y Brasilia, el proyecto también cuenta con la participación de las federales Santa Catarina y ABC, Minas Gerais e Instituto Federal Fluminense, así como de la Sapienza de Roma y las estadounidenses Morehead State y California State Polytechnic.
Según datos de la Agencia Espacial Brasileña el coste del satélite asciende a 175.000 euros y su lanzamiento desde la base japonesa de Tanegashima supuso un gasto de 660.000 euros. El país ya tiene previsto el desarrollo del Serpens 2, que será liderado por la Universidad de Santa Catarina.
