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Nueva alma para el viejo "Pirulí"

Arquitectos defienden la pervivencia de la torre del Xeral en el 60 aniversario de su inauguración y proponen dotarla de nuevos usos

El Xeral celebra hoy su 60 aniversario con un futuro incierto. // Adrián Irago

Hoy se cumplen 60 años de la inauguración del "Pirulí", una "isla de vida" en pleno centro de la ciudad que se enfrenta a un futuro incierto tras el desmantelamiento de sus 18 plantas. El primer rascacielos de la ciudad -y el segundo de todo el país cuando se estrenó en 1955- cesará su actividad el próximo día 24, excepto la del laboratorio hasta que se unifique el servicio en el Meixoeiro. Acaba un capítulo pero los arquitectos de la ciudad abogan por mantener la historia del Xeral unida a la de los vigueses y revitalizarla con nuevos usos públicos y privados, desde viviendas para mayores a oficinas y viales interiores o pequeñas plazas para disfrute del peatón.

Los expertos apelan al valor de su ubicación y su carácter icónico e incluyen en la balanza la vinculación sentimental con los vigueses. Piden a las administraciones una reflexión profunda para lograr una solución con un "retorno social y económico" y advierten de la urgencia para evitar casos de abandono y degradación como el del viejo hospital de Santiago o el psiquiátrico de Toén, en Ourense. Un problema que en Vigo se vería agravado dada la situación del inmueble en pleno centro urbano.

Por ahora, la propietaria del edificio, la Tesorería de la Seguridad Social, no se ha pronunciado. Sí lo ha hecho la conselleira de Sanidade, que no ha tenido reparos en declarar que sus técnicos aconsejan el derribo de la torre, mientras que desde el Concello recuerdan que es un edificio protegido por el Plan Xeral.

El arquitecto Salvador Fraga añade a esta norma municipal la Ley 8/2013 de rehabilitación, regeneración y renovación urbana, que supone una "auténtica reforma política" y plantea "una reconversión de la construcción para centrarse en lo existente, en lo ya edificado".

La revitalización del "referente más reconocible en la silueta urbana de la ciudad" supondrá un esfuerzo inversor "de enorme magnitud". "El nuevo uso tan solo conseguirá la conservación si se garantiza la salud económica del nuevo proyecto. Es indispensable el rigor técnico", destaca.

Fraga aboga por "un cóctel de usos", fuente de la economía de las ciudades: "La coexistencia es algo consustancial a lo urbano. Es su energía innata. La calle es una matriz de usos horizontal, pero un rascacielos puede ser una matriz vertical igualmente válida".

Salvador Fraga

"La oportunidad de un ensayo del Área Metropolitana"

Arquitecto del estudio Fraga-Quijada-Portolés y Asociados

Para dar respuesta a un problema de esta magnitud, el arquitecto recomienda la cooperación y recuerda el antecedente "exitoso" del museo MARCO, que necesitó el acuerdo previo de los ayuntamientos del partido judicial. "Sería conveniente crear un órgano legitimado, mediante acuerdo de todas las partes, para canalizar el proceso de transformación del rascacielos antes de que entre en fase de degradación", apunta. Un comité, "quizá con el perfil de un taller", que evaluaría la viabilidad y compatibilidad de las diferentes alternativas.

"Surge la oportunidad de un ensayo del Área Metropolitana: buscar solución a un interesante tema común. Socialmente espinoso, porque el "Pirulí" es huella de vivencias humanas, íntimas y familiares para cientos de miles de personas. Simbólicamente relevante, es el mejor icono gallego del trasvase poblaciones del rural interior al litoral industrial en los años del desarrollismo. Y técnicamente difícil por el contexto económico y urbanístico. Siempre se le va a exigir una calidad arquitectónica modélica", resume Fraga.

El presidente de la delegación del COAG en Vigo, Antonio Davila, también aboga por una solución mixta: "Debería ser un edificio dotacional, de equipamiento, y quizá mezclar los usos públicos con los privados para sacarle rentabilidad, por ejemplo, un hotel, una residencia u oficinas. Hay muchas soluciones pero hay que estudiar si se ajustan a la normativa y si son rentables económicamente para la ciudad en general".

En este sentido, plantea un concurso de ideas "muy abierto" para pensar sobre los "nuevos usos y formas" que podría tener el inmueble. Y ofrece la colaboración de la delegación. "Estamos acostumbrados a realizar las bases de estos concursos. Hay que abrir un debate y también sería interesante organizar jornadas de reflexión", propone.

Antonio Davila

"Usos públicos y privados que sean rentables para Vigo"

Presidente de la delegación del COAG en Vigo

Davila también advierte de las consecuencias que tendría demorar esta actuación. "Un edificio de su envergadura sin uso generaría una situación tremenda y peligrosa. Sería un desastre. Hay que hacer un estudio exhaustivo de las necesidades de la ciudad y tomar una decisión sin pérdida de tiempo".

El valor arquitectónico del edificio diseñado por Martín José Marcide, que también proyectó entre otros muchos el complejo madrileño de La Paz, quedó diluido con las sucesivas ampliaciones y reformas. No así su carácter simbólico. "Fue el primer rascacielos de la ciudad y su ubicación es muy significativa y carismática. Constituye una imagen representativa de Vigo y lo que nunca haría sería deshacerme de él", sostiene.

Davila reconoce además la vinculación emocional con un edificio que ha visto nacer a 240.000 vigueses en seis décadas: "Todos hemos pasado por ahí y lo reconocemos como algo nuestro".

En este mismo sentido se pronuncia Iria Sobrino: "La historia de los sentimientos de una ciudad es un bien inmaterial que trenza con hilos poco visibles la estabilidad emocional del colectivo. ¿Hay un lugar en Vigo donde se concentren tantos sentimientos como en el Xeral? Ni Samil, ni el Castro ni Príncipe pueden llegar a superarlos. Ahí está el nacimiento de nuestra hija, el agradecimiento al médico que quiso salvar la vida de nuestra madre y nos la regaló seis meses para poder llenarla de besos, ahí cura a gente nuestra prima, ahí tranquiliza a parturientas nuestra amiga... Y eso solo lo sumo yo. No quiero, como ciudadana, que el Xeral desaparezca".

La arquitecta viguesa reclama que un equipo multidisciplinar "investigue concienzudamente" y "aporte luz" para que la infraestructura, "sin perder su esencia de espacio público, pueda mejorar sus condiciones de ocupación y servir para algo más".

Iria Sobrino

"¿Hay un lugar donde se concentren tantos sentimientos?"

Arquitecta del estudio Noncommon (Arquitectura & Edición)

Sobrino reivindica el upcycling -convertir los residuos en objeto de valor- y el ser "energéticamente inteligentes" para realizar esta transformación. "Deberíamos usar ahora todo lo que hemos invertido en mejorar una infraestructura antigua que no tenía espacio hacia donde crecer y cuyas carencias por edad no podían suplirse con ninguna tecnología", reflexiona.

Su propuesta incluye a la universidad y la investigación bioquímica: "Trencemos líneas de flujo con la infraestructura de lujo que tenemos en el campus". También sugiere un centro de pisos de mayores no dependientes con servicios comunes o un gimnasio de bajo impacto con profesionales de apoyo y fisioterapeutas añadidos al complejo.

"No opinemos sin datos, no derribemos sin pensar, no juzguemos por preconceptos. Conservemos nuestro cofre mítico, esa isla urbana de vida, de recuperar salud, de acallar angustias, de sufrir con una mano amiga, de Lola, de Carlos, de Acacia, de Luisa, de Juan Luis... Comprendamos que esto no va de edificios, va de ciudad, de gente, va de vida", reflexiona.

Para Pablo Menéndez se trata de un proyecto necesario para Vigo porque será capaz de transformarla y mejorarla, de perdurar en el tiempo y hacer partícipes a los ciudadanos y que éstos miren "con orgullo" hacia el futuro. "¿Volveremos a perder otra oportunidad?", se pregunta.

"El antiguo hospital constituye una edificación que sin duda puede ser objeto de reutilización y transformación, pero previamente es necesario analizar su contexto urbano para valorar de qué forma se puede construir ciudad a través de este proceso", opina.

Pablo Menéndez

"Ahora es una isla, hay que hacerlo permeable a la ciudad"

Arquitecto del estudio MAM Arquitectos

A igual que sus colegas, avisa sobre el abandono de la infraestructura, que supondría un "factor degradante" para la zona y por extensión para toda la ciudad. Menéndez propone reinterpretar el actual conjunto de edificaciones, que constituye "un conglomerado cerrado al entorno, separado y autista, una isla dentro de la ciudad". "Es vital para su futuro encontrar mecanismos adecuados para hacer permeable a la ciudad, probablemente mediante su fragmentación y atravesado por viales peatonales interiores, pequeñas plazas, zonas verdes, cubiertas ajardinadas...", esboza.

Liga su planteamiento con la Alhóndiga de Bilbao, un edificio industrial ganado para la ciudadanía: "También está situado en el centro y ha sido reconvertido en un espacio público verdadero, con plazas cubiertas para el invierno, piscina pública, ludotecas, restaurantes y una infinidad de espacios perfectamente relacionados con la trama existente en la ciudad y, lo que es más importante, con las aspiraciones de sus ciudadanos".

Martín de Cominges

"Una decisión de los profesionales, no de carácter político"

Arquitecto del estudio Villacé y Cominges Arquitectos

Y para lograr que estas expecativas se cumplan, Martín de Cominges apunta al papel que deben jugar los expertos: "La decisión tiene que ser de los profesionales, no política. Hay que evitar errores que pueden costar mucho dinero y de los que ya tenemos ejemplos en Galicia. Es un proyecto muy importante para la ciudad y hay que dedicarle un tiempo de reflexión".

En este sentido, propone también un concurso de ideas: "Tiene que producirse un debate de alto nivel y dar entrada a profesionales de fuera para que expliquen qué se hace en otros países en estos casos. No se trata de conservarlo o derribarlo porque sí. Hay que pensarlo antes. Es un edificio con un valor y puede ser una oportunidad para Vigo. Pero también hay que saber quién pone los fondos. No puede ser una utopía".

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