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Proyecto de ampliación de la AP-9

La ampliación del puente de Rande lleva 7 meses en punto muerto

Dos pórticos de protección sobre la calzada, instalaciones básicas y la inspección de los escaladores son las únicas actuaciones en el puente desde la colocación de la primera piedra en febrero

Un "hito" de la ingeniería | La ampliación está proyectada con un tablero anclados al tronco por sendos lados para añadir un carril por sentido. Una solución técnica sin precedentes en un puente atirantado. Ochenta nuevos tirantes sostendrían las estructuras, lo que requiere el refuerzo de las coronas de las pilas. El montaje está proyectado desde el mar.

Con casi un tercio del plazo del contrato consumido, la imagen del puente de Rande no es la de una infraestructura que va a ser sometida a una obra de ingeniería civil sin precedentes. Solo dos plataformas de protección del tráfico a la altura de los pilares, la presencia de técnicos, catas en tierra e instalaciones básicas son a estas alturas los únicos signos visibles de la obra en el estrecho. Un bagaje escaso. Las constructoras, Puentes y Dragados, que sí trabajan intensamente en los terceros carriles de Chapela, siguen sin despejar las dudas sobre el modelo de ampliación tras haber intentado cambiarlo de forma radical con la oposición frontal de la abogacía del Estado. El puente permanece en apariencia en un estado de "impasse".

La alianza de Puentes y Dragados ganó el concurso convocado por Audasa en diciembre con una oferta de 130 millones y un plazo de obra de 23 meses, que rebaja en siete el fijado en el concurso. De hecho es el más corto de todos los presentados al jugoso contrato, al que concurrieron todas las grandes constructoras del país, entre ellas Sacyr, Acciona, FCC, OHL, Ferrovial, Isolux Corsán y San José. La primera piedra fue puesta el 27 de febrero y desde entonces lo más llamativo ha sido el despliegue de escaladores para comprobar el estado de los tirantes y las sujeciones a las coronas de las pilas norte y sur. A partir de ahí, poco más. Por la noche se colocan pivotes en la calzada, pero el puente amanece igual a simple vista a diario. El verano concluye y se acerca la temporada de lluvias, que complica los trabajos. La ampliación debe estar concluida en enero de 2017, según figura en el contrato. Un cumplimiento que a medida que avanza el tiempo, dado el casi nulo avance, se presenta cada vez más difícil.

Aunque en Rande apenas hay movimiento, las constructoras esgrimieron que actúan en otros lugares con la fabricación de las dovelas y estructuras que después se ensamblarán para conformar los tableros laterales mediante torres-grúa desde un pantalán flotante a pie de pila. Entonces se verán en el viaducto, según esta justificación, obras a pleno rendimiento.

Sin embargo, las empresas mantienen la ambigüedad sobre el modelo de ampliación del puente. Tanto el proyecto con el que Audasa licitó la obra como el contrato incluyen la incorporación de un tablero por cada lado para habilitar sendos carriles de cinco metros de ancho. Una intervención que los ingenieros consideran un "hito" mundial en la ingeniería civil. Las constructoras aseguran que su compromiso es cumplir el contrato y en plazo, pero alegan que el examen de los tirantes a cargo de técnicos de la ingeniería francesa Freyssinet detectó complicaciones para garantizar la "durabilidad" del puente con los dos tableros. A ello agregan dificultades para compatibilizar la conexión con la futura autovía del Morrazo tal y como están previstos los accesos directos en el proyecto de esta última obra, que promueve la Xunta.

Tras la inspección a los tirantes las adjudicatarias plantearon a Fomento un cambio radical en el modelo, proponiendo uno más sencillo que aprovecharía al máximo la estructura existente. Un intento que chocó con el Ministerio de Fomento, que tutela la ampliación y debe autorizar cualquier modificación. Su titular, Ana Pastor, les advirtió de que deben cumplir el proyecto y no pueden cambiarlo "de la a a la z". La Abogacía del Estado, en un informe al efecto, concluyó que la propuesta supone una alteración "sustancial" del contrato, con lo que las empresas perdedoras del concurso podrían forrecurrir y obligar a repetirlo. Así, cabe el riesgo de que la ampliación vuelva a partir de cero y se eternice. Entretanto, en Rande el gran movimiento es el de vehículos, que supera los 60.000 en agosto. Y a medio plazo se cierne el umbral del colapso.

Santiago, sin interrupciones

Mientras la ampliación de Rande permanece en punto muerto, las obras que contrató Audasa para mejorar la capacidad de la circunvalación de Santiago van al ritmo previsto y ya hay una estructura montada en el enlace de Sigüeiro para dar acceso a la ciudad, que ahora carece de salida directa desde la autopista desde el norte. El presupuesto es de 64,7 millones y el plazo de 21 meses, con lo que quedarán terminadas a finales de 2016. La actuación está incluida en el mismo convenio que el de Rande y fue adjudicada a Puentes y la también gallega Francisco Gómez y Cía S.L. por 64,7 millones en un concurso paralelo y en las mismas fechas. Sin embargo, las obras en la autopista marchan a dos velocidades. En Rande van despacio, y en Compostela, a la de crucero.

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