Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El club de la lucha... dialéctica

La Universidad prepara su III Liga de Debate, una competición donde los alumnos mejoran en oratoria y aprenden a ser críticos y a trabajar en equipo, habilidades que echa en falta la empresa

El club de la lucha... dialéctica

Situarse frente a toda la clase para exponer un trabajo o defender una idea forma parte del ADN de cualquier alumno anglosajón. Hablar en público mejora las habilidades de comunicación, el espíritu crítico y el trabajo en equipo. Habilidades que hoy echan en falta las empresas a la hora de contratar y que, sin embargo, sigue ausentes en los planes de estudio. Las ligas de debate suplen en parte esta carencia de las universidades y dos españoles -el madrileño Antonio Fabregat y el gallego Alberto Escobar- acaban de proclamarse campeón y subcampeón del mundo de oratoria en nuestra lengua. Vigo se suma a este interés con una iniciativa promovida por el profesor de Filosofía del Derecho Pablo Bonorino en el campus de Ourense.

Con experiencia en la formación de jueces en Colombia, Salvador o Nicaragua, el docente organizó varios talleres formativos como preludio al arranque de la liga en 2013. También es el responsable de un proyecto de innovación educativa financiado por el Rectorado para introducir el debate en el aula y en el que participan una treintena de docentes de Derecho, Ciencias Políticas, Educación Social, Historia o Física de las universidades de Vigo, Santiago, A Coruña y León. Acaba este año y los primeros resultados revelan que los alumnos estudiaron en mayor medida los temas que se abordan desde esta perspectiva.

"La carencia de la oratoria es generalizada en todo el mundo de habla hispana, donde somos más reacios a la confrontación argumentativa. Enseguida la confundimos con una riña y se toma como algo personal en lugar de una forma de clarificar ideas. Y hay que romper estos condicionantes. Los anglosajones llevan centurias incorporando la oratoria al sistema educativo y tienen una soltura, sin embargo, en España los futuros abogados acaban su carrera sin haber hablado nunca en público y se considera esta formación irrelevante", compara Bonorino.

El docente colabora con los responsables de la liga de debate de Santiago, donde la iniciativa ya está más consolidada. El año pasado, el campus de Ourense acogió un debate-exhibición entre los ganadores de 2013 de ambas instituciones para impulsar esta iniciativa entre el alumnado.

Además participó por primera vez un equipo de Educación Social -hasta entonces todos eran alumnos de Derecho- y la idea de Bonorino es que la competición, que volverá a celebrarse entre noviembre y diciembre, se extienda al resto de centros y campus ya que la experiencia formativa resulta de gran interés en todas las ramas. Además, los docentes pueden actuar como asesores.

"Todavía no hemos decidido los temas de este año pero son siempre cuestiones controvertidas y todos aprenden, incluido también el público. Los participantes tienen que preparar las dos posturas para defenderlas ante el jurado y no saben si estarán a favor o en contra hasta minutos antes de que empiece el debate. Es un excelente ejercicio porque les permite entender al otro y anticipar argumentos. Y tienen que defender ideas contrarias a las suyas. Un jurista lo hace diario en su trabajo. pero es una experiencia fundamental para cualquier profesión", destaca.

Los debates están disponibles en el canal UVigo TV y constituyen un buen ejercicio para políticos y todos los programas de mesa redonda que pululan en todos los canales. "Los debates electorales son monólogos alternativos y las tertulias son riñas que solo sirven para agredirse verbalmente, pero no hay argumentación", critica.

La explicación puede estar en la ausencia de una formación en comunicación y liderazgo de la que da fe Jonathan Domínguez, exalumno de Bonorino y campeón de la primera liga. Llegó a participar en el II Torneo Nacional de debate celebrado en Santiago. "La experiencia fue muy buena y estaban los mejores equipos de España. A veces las dos posiciones son defendibles con argumentos muy válidos y lo que decanta la balanza es el lenguaje no verbal o los silencios, lo que no sea el mensaje escrito en el papel. A nosotros nos tocó defender la monarquía frente a la república, aún teniendo ideas contrarias, y nuestros argumentos eran tan buenos como los otros", relata.

Ahora, junto al profesor Bonorino, intenta crear un club permanente de debate académico como los que existen en EE UU o Reino Unido. "De momento resulta muy difícil por la falta de receptividad del alumnado", lamenta a pesar de todos los beneficios demostrados de esta actividad.

Él acabó Derecho en 2012, tuvo experiencias como investigador y docente y a principios de este año comenzó a trabajar en un bufete. "Las habilidades en comunicación y la soltura de la práctica me ayudaron mucho a conseguir el trabajo", reconoce.

Compartir el artículo

stats