La competición es tan exigente que requiere de cinco pilotos para superar cuatro pruebas. El objetivo es garantizar que prima la efectividad del coche y no la de los conductores. La Formula Student, la competición que se disputa a nivel mundial entre escuelas de ingeniería industrial, ha llevado hasta Montmeló a los 14 componentes del equipo UVigo Motorsport. Esta es la última cita de las tres que celebrarán en su primer año de participación. Hoy correrán la endurance: 40 minutos en los que piloto y coche llevan al máximo sus capacidades.

Ser escogido piloto es "un orgullo" para cualquier componente de la escudería, pero saben que los motivos que los llevan a ponerse al volante del UM-15 que ellos mismos han construido no se deben solo a sus capacidades al volante, factores como el peso o la altura son determinantes.

Diego García pesa 70 kilos y mide 1,84. Si tan solo midiese unos centímetros más ya no podría pilotar el monoplaza. "Las dimensiones del cubículo son muy reducidas, los principales baremos a tener en cuenta son la altura y el peso de los componentes", explica. Él ha sido uno de los pilotos escogidos para disputar la skyd pad: "Hay que hacer una figura en ocho, lo más rápido posible. Cada piloto tiene dos intentos y se escoge la mejor vuelta". Los jueces comprueban así la adherencia del vehículo y el paso rápido por la curva. No puede desviarse, así que el conductor debe tener experiencia en vehículos de tracción trasera: si abre demasiado gas o antes de tiempo, el coche girará sobre sí mismo. El otro compañero de García será Marcos Fernández, que en la competición de Silverstone recibió una mención especial al miembro más destacada del equipo.

Para García haber sido elegido es "un privilegio". "No solo vas, sino que además pilotas en circuitos de renombre". Asegura que a esta cita va con ganas de quitarse "la espinita" de las anteriores. "Los jueces alabaron nuestro potencial, hay que tener en cuenta que somos uno de los equipos menos numeroso y eso triplica el trabajo y el esfuerzo", cuenta. En esta ocasión intentarán superar sus anteriores posiciones gracias a la experiencia adquirida y estar entre los mejores. Confían al 100 por 100 en las capacidades de su creación y de sus compañeros.

Otro de los exámenes que han pasado es el de aceleración. Aquí participan los pilotos más ligeros y pequeños para no lastrar la potencia del monoplaza. Deben recorrer 75 metros en el menor tiempo posible. Son apenas 4 o 5 segundos.

Las dos pruebas más visuales son la endurance y la de autocross. Adrián Balado ha sido uno de los escogidos para la última: "Es una experiencia muy gratificante después de tantas horas dedicadas a diseñar el coche, pero no somos pilotos, es un extra, hay que contar todo el trabajo que hay antes". En esta vuelta rápida prima el manejo del guía y que pese poco. El relevo se lo dará Santiago Navarro. De las dos vueltas saldrá el mejor tiempo para el equipo.

"Aquí no hay desgaste físico", explica Balado. "Pero en el endurance sí". En la prueba que disputan hoy, el monoplaza y el conductor deben soportar 40 minutos de carrera. "La inercia que ejerce el coche sobre el piloto hace que tenga que aunar habilidad al volante, experiencia y buen físico", afirma Balado. Los encargados de correr son Marcos Fernández y Santiago Navarro. Se trata de una prueba que pocos vehículos superan porque se reserva para el final, cuando ya han dado el máximo durante cuatro días, y porque pone al límite sus capacidades.