Cada uno escribe su historia desde el espacio que le toca y a Darío Álvarez Gándara le ha llegado el cierre del último capítulo de la suya con su fallecimiento en la madrugada del lunes en su domicilio de Nigrán, dejando una rúbrica de bonhomía en lo humano y reconocimiento como cardiólogo en la medicina privada, pero sobre todo en la pública dentro del Hospital Xeral de Vigo, donde dejó una estela de simpatía y sociabilidad suma hasta su jubilación.

Nació en el Tui de 1936 en una familia, los Álvarez, que lleva más de un siglo dejando la marca de su apellido en la configuración de la cultura gallega, sea en la literatura, periodismo, arte, edición, medicina, derecho? Los Álvarez Giménez, Álvarez Limeses (fusilado uno, Darío, su abuelo, en la guerra civil por ser fiel a sus principios y con calle en Tui que le recuerda),los Álvarez Blázquez (uno de ellos, su tío Xosé María, cronista oficial de Vigo), Álvarez Negreira, Álvarez Gándara, Álvarez Cáccamo, Álvarez Basso?

Si nació en Tui, a los 6 años ya residía en Vigo, adonde llegó en 1942 con su hermano Alfonso de la mano de su padre Darío Álvarez Blázquez, médico de larga e inolvidable memoria en esta ciudad, como patriarca de una larga familia acompañado de sus cuatro hermanos (Xosé María, Alfonso, Emilio y Álvaro), su madre viuda y su esposa, unas once personas que habitaron un inmenso piso en García Barbón en el que también tenía su consultorio.

Estudiante en el Mezquita y Santa Irene, cuando iniciaba su carrera de Medicina en Santiago conoció a la que sería su mujer, la venezolana Gisela Basso, y a Venezuela se fue en 1959, donde concluyó su carrera y se estrenó en el oficio. La especialidad en cardiología la haría en México y sobre todo en Madrid, donde fue discípulo del eminente cardiólogo Pedro Zarco. En 1969 volvería a Vigo con su esposa, muy querida como él en la ciudad por su afectividad y arrasadora simpatía, y aquí desarrolló su profesión y se criaron sus hijos María Xisela (en la Sanidad Pública), Carlota Inés (directora del centro cultural Matadero-Madrid), Carmen Cristina (en el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington) y el pintor Darío Álvarez Basso.

Se nos fue Darío, del que no eran tan conocidas sus aficiones como dibujante y pintor aunque dejara poca obra y como escritor tardío con dos novelas policíacas en gallego, Sireno y O fracaso de Lázaro Evia. Le recordaremos siempre.

El acto de despedida tendrá lugar hoy en el tanatorio Emorvisa, en Pereiró, a las 19 horas.