El diario británico The Guardian se ha enamorado de Vigo. Tanto, que en 2015 ha decidido repetir vacaciones en la ciudad olívica. Y el noviazgo de verano que comenzó cuando piropeó a la playa de Rodas en 2007 como una de las mejores del mundo, parece haberse convertido en relación estable. En amor profundo. Y es que solo este año ha publicado ya tres reportajes sobre los atractivos turísticos de Vigo. El último, este mismo fin de semana en su suplemento de viajes Travel. ¡Y en portada! Antes, en junio, ya había recomendado la ciudad a sus lectores como "una joya oculta" de Galicia; mientras que en mayo situó a las Cíes entre las diez mejores islas de Europa.

Rachel Dixon, la periodista que firma este nuevo reportaje, realiza un repaso completo de la ciudad. Por supuesto, no se olvida de las Islas Cíes. "Podría haber estado en Barbuda, pero el Caribe está a unas buenas diez horas de vuelo; y ésto está a solo dos horas en avión de Londres y a otra media hora en un placentero viaje en barco", resalta.

El estreno este año del vuelo Londres-Vigo (Air Nostrum) que promociona el Concello para captar turistas ha sido la excusa perfecta para que el diario británico invitara una vez más al turista inglés a conocer la ciudad olívica. La periodista hace una completa descripción de las Cíes tras pasar una jornada en ellas disfrutando de sus playas y la gastronomía. Un buen banquete a base de pulpo a feira y Albariño que desvela a sus lectores a los que informa que si quieren disfrutar todavía más de este "paraíso caribeño", tienen la posibilidad de quedarse a dormir en el camping.

De vuelta al casco urbano, destaca que la ciudad olívica presume de hasta 45 arenales, de los que cita Samil, Bouzas, Fontaíña u o Fortiñón. Pero deja claro que no solo de playas "vive" la urbe. "Un viaje a Vigo ofrece mucho más que un descanso en la playa. Es la ciudad más grande de Galicia y la que más ha crecido en Europa en el sigo XX. Esto hace que su arquitectura no sea tan agradablemente homogénea como Santiago, pero hace que sea un lugar vibrante en el que viven, trabajan y estudian medio millón de personas", apunta.

Resalta también el Casco Vello y el despegue que ha tenido en los últimos años combinando la modernidad con la tradición gastronómica. Y subraya como en algunas calles se mantiene vivo el nombre al que evocan. "Puede comprar ostras en la calle de las Ostras; o sombreros en Sombrereiros y cestas, en Cesteiros". Y hasta promociona el precio de la cerveza en algunas "tabernas tradicionales" -el Reino Unido está entre los mayores consumidores de esta bebida- y resalta que la venden "por un euro".

Cita otros puntos atractivos como el Museo do Mar, el parque de Castrelos, O Castro o el gran paseo de Samil para contemplar una puesta de sol. Una de las pocas críticas que incluye se refiere al número de plazas hoteleras. "El alojamiento es todavía limitado", asegura.