| En 2012, el "sumergible" Blue Marlin sufrió daños estructurales al cargar en Langosteira el primer buque de Navantia para la Marina de Australia, el Camberra (a la izq.). Era agosto, pero la dársena se movía como en invierno. El resultado de esta operación, llamada a demostrar la operatividad de la terminal, no pudo ser más bochornoso. Para embarcar el segundo buque, el Adelaide (a la drch.), el astillero ferrolano apostó por la Ría de Vigo. Ocurrió en diciembre de 2013 y fue un éxito.