El espléndido verano de las Rías Baixas ha sufrido un paréntesis. El sol se ha tomado unos días libres y ha dejado cielos cubiertos y lluvias puntuales en una semana que camina hacia los días más festivos de la época estival. Vigo sigue recibiendo turistas. Sin embargo, este jueves los veraneantes no pudieron disfrutar de las playas que ofrecen tanto la ciudad olívica como otros lugares de las Rías Baixas.

Los turistas modificaron sin problema su plan. Así lo demostraba la imagen que se podía ver en O Castro a última hora de la tarde. Decenas de personas disfrutaban de las vistas que ofrece el monte ubicado en pleno corazón vigués. El sol les dio la espalda, pero los encantos que ofrece la ciudad olívica permiten a los visitantes alterar el guión que tenían previsto.

Lo mismo le sucedió a Julien, un joven francés, que llegaba a Vigo a pasar unos días. La opción Cíes, posiblemente una de las más populares, tuvo que posponerse hasta el retorno del sol. En vez de visitar el archipiélago vigués disfrutó de los paisajes de postal que posee la comarca del Val Miñor.