El nuevo hospital de Beade sumó ayer una consulta de alta resolución de Cardiología y cuatro de Medicina Interna que elevan a 850 su flujo diario de pacientes. El edificio intenta coger ritmo durante este segundo mes de puesta en marcha progresiva, pero los usuarios siguen identificando una buena lista de deficiencias que urgen a corregir antes del despliegue completo de servicios a finales de agosto. La principal preocupación es el transporte y los precios del parking que entrarán en vigor la próxima semana. Pero ayer a estos problemas habituales a lo largo de julio se sumaron denuncias por "retrasos" y "desorganización" en la consulta del Sintrom y la "falta de medios" en el hospital de día.
Este fue el punto más crítico de la jornada. A mediodía una paciente oncológica se desvanecía en la sala de espera. "La acomodó en el suelo un celador. Pero no había personal de Urgencias para atenderla correctamente, trasladarla en una camilla y que se recuperase. Trajeron una cama enorme de una consulta", relata una vecina de Chapela que en ese momento acompañaba a su padre, en tratamiento. A la salida, la opinión generalizada es que "se debió esperar a trasladar el hospital de día a la existencia de unas Urgencias en las inmediaciones", previstas para el 3 de septiembre.
En la puerta tras más de seis horas acompañando a su marido, también paciente oncológico, se encontraba otra vecina de Travesía de Vigo descontenta con el funcionamiento. "Es el primer día que nos toca quimio en Beade. Nos dicen que es posible que después de más de diez años nos cambien de médico y estamos pendientes de que suban medicación de la Farmacia. Aquí todo es un descontrol", se quejaba ya sin adentrarse en el tema del transporte. "Nos trajo mi hijo y cuando acabemos tendrá que volver a venir", explicaba acostumbrada hasta ahora a la cercanía del Xeral.
"Las lanzaderas que hay son insuficientes", expresan uno por uno todos los enfermos y familiares que hacen cola a las 13.15 para coger el urbano. Uno de los pocos que se salva es José Antonio Rivera, vecino de Fragoso, que puede subirse en el autobús directo a escasos 50 metros de su casa. Sus quejas ayer eran "por retrasos en la consulta del Sintrom. Era la primera vez que me tocaba aquí y falta de todo. Nadie sabe nada", explicaba a la salida.
En consulta se encontró con dos María Teresa, madre e hija. Acudían por primera vez y se quejaban de la falta de transporte para gente mayor. La madre es vecina de Ramón Nieto y tendría que coger dos autobuses para llegar a Beade y la hija, que reside en la avenida del Aeropuerto, llegando a Peinador, lo tiene peor. "Me hacen falta dos Vitrasa para ponerme en Praza América y coger allí la lanzadera. Nos trajo un nieto y ahora vendrá mi marido. Es un esfuerzo adicional injusto", denunciaba.
A la conversación se suman enseguida usuarios o familias que salen a estirar las piernas. "Por no haber, no hay ni impresoras suficientes ni folletos informativos con los códigos de colores y letras para orientarse en el parking", explican tras preguntar en el mostrador de acceso y al personal de apoyo.
Sigue habiendo problemas para orientarse una vez en el aparcamiento, pero más dificultades se encuentran quienes llegan desplazados de otras localidades. "Como un paciente no conozca el sitio y venga algo justo de tiempo se pierde la cita médica", critican Marcos Alcázar y Ramón Gutiérrez, que llegaban ayer desde Pontevedra y perdieron más de una hora saliendo hasta en dos ocasiones por donde no les correspondía. Acabaron en Navia y en el centro de Vigo. "Para quienes venimos de fuera es una aventura o una lotería. No hay ningún cartel hasta que se está aquí al lado en la rotonda de la nacional", constatan. El Sergas se comprometió en julio a resolver este problema evidente.
