Los servicios de urgencias del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo recibieron ayer más pacientes de lo habitual y, en concreto, en el Meixoeiro, las dependencias volvieron a colapsarse, con camillas y sillas de ruedas en los pasillos. La avería del único TAC del hospital durante la mañana agravó la situación y, por la tarde, se registraron picos de hasta 170 enfermos pendientes de ser evaluados por el médico. La escasez de camas libres en el complejo puso la guinda, demorando durante horas la subida a planta de los que requerían ingreso. Para resolver la situación, la Gerencia del área sanitaria ha tomado la decisión de reabrir la séptima planta del hospital Xeral, cerrada desde el 1 de julio por las vacaciones de verano.

Por la puerta de urgencias entraron en el día de ayer un elevado número de pacientes. El Sergas sostiene que los cambios del tiempo están provocando que los enfermos crónicos se desestabilicen y tengan que acudir al hospital. Además, este tipo de usuario suele requerir hospitalización, por lo que los profesionales deducen que por esta vía ayer ingresaron más personas de lo habitual.

Pasadas las 19 horas, el complejo estaba subiendo a planta a a los pacientes que esperaban por una cama desde el último tramo de la mañana. Todos tenían un puesto asignada. Previendo todos los ingresos que entrarían por la tarde y por la noche, la Gerencia del área sanitaria decidió reabrir la planta séptima del Xeral, correspondiente a Cirugía General y Digestiva y que cuenta con 28 puestos de hospitalización. El Sergas informa que no ha necesitado derivar a centros concertados ni suspender cirugías programadas. Si se necesitaran más camas, garantiza que pondría en funcionamiento las actualmente inoperativas por la planificación de las vacaciones de verano. En el complejo vigués permanecen en esa situación otras 166 -87 de ellas en el Nicolás Peña y otras 79, en el Xeral-.

Las esperas para la primera atención por parte de un facultativo superaron las dos horas en pacientes triados como urgentes -color amarillo- y que se les debe atender en 60 minutos. La avería del único escáner con el que cuenta el hospital agravó la situación. Durante la mañana se acumuló una importante bolsa de usuarios que necesitaban esta prueba. El Sergas informa de que, por la tarde, la máquina ya estaba arreglada y funcionando. minutos antes de las 19 horas, en las urgencias del Meixoeiro había alrededor de 170 enfermos esperando a ser atendidos, según fuentes del propio servicio.

Los pasillos se colapsaron con hasta ocho camillas y otras tantas sillas de ruedas de enfermos pendientes de ingreso, de pruebas, diagnósticas o de la atención de un facultativo. Junto a ellos numerosos pacientes y los familiares de estos aguardaban de pie y, en algunos casos, sentados en el suelo.

Conflictos

El personal, saturado, no podía atender todas las necesidades de los pacientes que llenaban las dependencias como, por ejemplo, ayudar a desplazarse hasta el baño a aquellos con movilidad reducida. Esta situación y la desesperación de los usuarios por las largas esperas provocó varios momentos de tensión en las reducidas instalaciones. A voz en grito, una mujer increpó a una enfermera por la demora. "Llega un momento que uno se cansa", gritaba. Otros incidentes acabaron con el acompañante expulsado del centro.

Este es el segundo colapso registrado en los servicios de urgencias del Chuvi en lo que va de mes de julio. El primero se produjo el mismo día 1, coincidiendo con el inicio del cierre de camas por las vacaciones de verano