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El "Rey de la plata" mexicana elige el relax de la ría

El puerto de Marina Davila espera la llegada en agosto del megayate "Mayan Queen IV", propiedad del multimillonario Alberto Baillères

Por fuera de Cíes navegan mezclados con la descomunal flota de mercantes, petroleros, pesqueros. En pocas ocasiones se adentran en la ría salvo para refugiarse de los temporales, desembarcar tripulantes o repostar. Tampoco los megayates tienen a Vigo entre sus puertos habituales de escala. Sus adinerados dueños prefieren aguas más cálidas, del estilo Ibiza o Grecia, destinos VIP donde algunos utilizan la eslora que expresa su fortuna para presumir y otros pierden la intimidad que buscaban sorprendidos por los paparazzis. Estas son las razones que marcan la excepcionalidad de la arribada en agosto del megayate Mayan Queen IV. Permanecerá en Vigo un mes por decisión de su propietario, el magnate mexicano Alberto Baillères González, quien ha elegido este destino gallego para disfrutar de sus vacaciones por considerarlo "un entorno tranquilo que garantiza su relax", según revelan a FARO fuentes portuarias.

Atracará a principiios del próximo agosto en el puerto de Marina Davila. Cuando amarre en Bouzas se convertirá en el segundo magayate más grande que visita la ciudad, lo que tampoco resulta extraño para un buque que, con sus 93,25 metros de eslora y 16 de manga, en el ranking mundial de esta exclusiva categoría figura entre los 30 mayores. Y como todos los de su clase, destaca por su imponente casco que en tres cubiertas exteriores y dos interiores ofrece los más variados servicios. Desde helipuerto, jacuzzi y piscina, hasta dársena interior con lanchas de recreo para hacer visitas esporádicas a tierra o practicar deportes náuticos como el esquí. Construido en 2008 en el astillero de Bloch+Voss en Hamburgo (Alemania), su interior es obra del afamado diseñador de yates, Disdale Terence. Medios especializados cifran el valor de este barco en 160 millones de euros.

El Mayan Queen IV surcaba ayer el Adriático. En Vigo atracará en Marina Davila, el único puerto de Galicia con capacidad y prestaciones para alojar buques de esta envergadura. Los responsables de esta dársena guardan discreción sobre el programa que desarrollará el de Baillères el tiempo que pase en su pantalán central. Sin embargo, ya anunciaron la distinguida arribada a distintas autoridades, entre ellas, Capitanía Marítima, Autoridad Portuaria y Vigilancia Aduanera. Tratan de que en la medida de lo posible, el multimillonario armador no sufra contratiempos como inspecciones rutinarias que puedan romper la paz que viene a disfrutar.

Las citadas fuentes aseguran que en Vigo embarcará una de las dos tripulaciones que rota en este buque, formadas ambas por una treintena de personas. Durante los primeros días, el capitán planificará las rutas con los enclaves más atractivos para mostrar a Baillères. Sin duda no faltarán las islas del Parque Nacional, como las Cíes, la Ría de Aldán, y tal vez los recorridos más largos por estas aguas alcancen hasta la bahía de Arousa. Todo deberá estar a punto para cuando aterrice en Peinador, probablemente en su jet privado, el armador, el patrón mexicano.

Con esta clase de clientes, prima la discreción. De ahí que el director del que será su puerto base en Vigo, Joaquín Fernández Davila, la haya requerido también en esas reuniones mantenidas con las autoridades. Sin embargo, una vez zarpe de puerto, incluso sin hacerlo -como ocurrió con los megayates que recalaron el año pasado en Vigo, como el Luna, hasta hacía unos meses propiedad del ruso Abramovich-, será difícil que nadie se pregunte de quién es un barco así de lujoso. Y el dueño del Mayan Queen IV es muy conocido en su país por presidir el Grupo BAL, un conglomerado que incluye negocios en sectores como la minería-metalurgia, el comercio, los seguros y las finanzas. Pero aquí desea pasar desapercibido. Él tal vez lo consiga; su impresionante megayate, difícil.

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