Fin de semana, temperaturas disparadas, fin de curso escolar y día de publicación de notas de Selectividad. Éste fue el cóctel que se mixturó el viernes y que provocó un lleno total en zonas céntricas como el Casco Vello en la madrugada del sábado. Las terrazas estuvieron abarrotadas de clientes, al igual que en Montero Ríos. Pero las calles también. Y la zona antigua volvió a vivir un macrobotellón como los que ya no se recordaban y que ha reactivado las alarmas entre los vecinos y los hosteleros, temerosos porque este fenómeno resucite con más fuerza con la llegada del verano. "El tema del botellón está siendo un escándalo y ayer había mucha más gente de lo normal. Hay que ponerle freno, porque los hosteleros y los vecinos están indignados y muchos ya están diciendo que se van a tener que marchar del barrio", advierte Itos Domínguez, responsable de la Asociación de Comerciantes y Hosteleros del Casco Vello.
La portavoz de los negocios de restauración admite que fue una "buena noche", sin embargo reconoce que en zonas como Teófilo Llorente o Chao, el botellón . Además, muestra su estupor por la "doble vara de medir" de la policía. "Estuvieron controlando el horario de terrazas y obligando a levantarlas a las dos de la madrugada cuando estaban repletas, y sin embargo a la gente que estaba haciendo botellón, que está prohibido y son los que arman escándalo, no se les decía nada. Esto es lo que no puede ser", critica.
Según fuentes oficiales del Concello, la Policía Local montó un dispositivo policial con "muchos agentes" ante la previsión de que una multitud abarrotara el Casco Vello, como finalmente ocurrió. "A las dos de la madrugada era imposible caminar por zonas como la calle Chao", admiten fuentes policiales. Aclaran, sin embargo, que no hubo "ninguna incidencia" -tampoco denuncias por beber en la calle- y que la noche se saldó solo con dos multas a jóvenes por orinar en la vía pública.
El presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Vello, Xosé Manuel Veiga, también teme que con la llegada del verano resurja con fuerza el botellón. "Ayer fue una invasión. Hasta ahora estaba bastante controlado, pero tememos que vuelva a repuntar. En ese caso, el Concello debería hacer cumplir tanto la normativa que prohibe beber en la calle como la de horario de terrazas. Es indispensable saber combinar bien la ganancia de los locales con el derecho al descanso y la calidad de vida de los vecinos", pide.
Montero Ríos y Churruca
Donde hubo menos gente de lo habitual haciendo botellón fue en la zona de As Avenidas, aunque los negocios de Montero Ríos si estuvieron repletos. "Fue una muy buena noche, quizá de las mejores de las de lo que llevamos de año. Y es que cuando se dispara el calor los negocios están repletos", reconoce Marcelo Tosa, presidente de la Asociación Zona Náutico. De hecho, apunta que en noches como la de ayer hay locales que llegan a hacer hasta "un 40%" más de caja. Sobre el botellón, admite que al menos por ahora se ha reducido considerablemente en este enclave. "Antes nos causaba bastantes problemas, sobre todo por jóvenes que entraban en los locales al baño y vomitaban dentro, pero ahora apenas hay. Quizás por la crisis", asume.
José Luis Asenjo, responsable de cafeterías y negocios de ocio nocturno de la Federación Provincial de Hostelería, apunta sin embargo que para las discotecas y pubs de Churruca o Areal fue "una noche normal". "Es cierto que había mucha gente en la calle, sobre todo menores de edad, y que las terrazas estaban repletas. Pero no tanto las discotecas. Fue buena noche, pero no para echar cohetes", resume.
