Abel Caballero no baja el ritmo y arranca su tercer mandato con una jornada repleta de actos simbólicos y otros de gran trascendencia como el reparto de áreas de gestión entre sus 16 ediles. Tras la investidura del sábado, el alcalde regresaba ayer a su despacho de los últimos ocho años y quiso que el protagonista del primer acto oficial en esta nueva etapa fuera el exregidor socialista y "amigo personal", Ventura Pérez Mariño, que charló animadamente con él y con Carmela Silva.

"Dedicó una parte importantísima de su vida a esta ciudad como profesional de la abogacía, de la magistratura y como alcalde. Y desarrolla un importante trabajo social en Vigo. Quería brindarle un homenaje personal", explicó Caballero sobre el encuentro con Pérez Mariño, de quien recordó que fue apartado de la Alcaldía por un "incomprensible sucedáneo de moción de censura". El homenajeado respondió con el mismo cariño y agradeció al actual gobierno que reconozca el valor de aquel equipo de hace doce años que "estuvo poco tiempo, pero tenía buenas intenciones", subrayó a la salida.

La agenda de Caballero reservaría un nuevo guiño al magistrado. El primer almuerzo del mandato junto a Isaura Abelairas y David Regades fue en el albergue de Marqués de Valterra al igual que hiciera Pérez Mariño en 2003, pero en el comedor de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis. "Vamos a seguir siendo el Concello con la mayor política social de España", se comprometió el alcalde antes de almorzar una crema de verduras y pollo guisado.

Y no acabó aquí su primera jornada. Caballero, Silva y Regades acudieron a las cinco de la tarde a la toma de posesión de Roberto Ballesteros como alcalde pedáneo de Bembrive. Caballero recordó ante la Junta Vecinal el intento del Gobierno central de suprimir estas entidades. Al acto, abarrotado, también asistieron ediles del PP de Vigo.