La papelería Comercial, en el número 25 de la calle del Príncipe en Vigo, no volverá a abrir sus puertas. El negocio familiar, con casi cien años de historia, echará el cierre definitivamente esta mañana después de que Joaquina Mur entregue las llaves del local del que se ha hecho cargo durante más de tres décadas."Me voy con la cabeza bien alta y con el cariño de la gente", confesaba emocionada ayer noche mientras, con ayuda de su hija y algunos familiares, recogía los productos que habían dado color al escaparate de una tienda que, en los últimos meses no sólo ha tenido que bregar con la crisis económica sino también con los dueños de un edificio que se declaró en estado ruinoso el pasado mes de mayo.

De hecho, Quinita -como la llaman los más allegados- lamenta la gestión del inmueble en el que está situado el bajo de su negocio. La caída del ascensor del edificio que ocupa la tienda Blanco hace unos meses que afectó a la contigua y ya cerrada Joyería Rosende, aceleró a declaración de ruina de la finca. Además, con el fin de los contratos de alquiler de renta antigua, los problemas no hicieron más que acumularse para Joaquina.

Los contratos que perpetuaban precios de hace varias décadas expiraron el pasado 31 de diciembre y centenares de negocios históricos vigueses le han tenido que hacer frente. Unos han pactado actualizaciones de hasta un 200%; otros se han trasladado; y algunos han echado el cierre, ya sea por obligación o jubilación.

Cien años de historia

El cierre de 'La Comercial' pone fin a un siglo de negocio que se había convertido en una referencia histórica de la milla de oro viguesa. Fue en 2012 cuando el Centro Comercial Príncipe reconocía la labor del negocio nombrándolo su primer socio de honor.

El escaparate de la papelería Comercial dio color y brillo a la calle Príncipe desde, al menos, 1917. La tienda abrió sus puertas antes, pero ese año, con apenas 14, empezó a trabajar en ella Luis Lorenzo López. Una década después aquel joven compró el negocio por 33.000 pesetas que pagó a plazos durante un lustro. Desde entonces la papelería permanece en manos de su familia. Primero en las de su hijo, Luis Lorenzo Alonso; y -tras fallecer este- las de su nuera, Joaquina Mur, quien suma casi dos décadas tras el mostrador de la emblemática tienda.

Ese escaparate, en el que solamente se pueden leer varios carteles en los que pone 'Nunca Mais', pasará desde hoy a engrosar la lista de tiendas de la calle del Príncipe que han cerrado en los últimos meses así como la negocios centenarios que en los últimos años han bajado la persiana para decirle adiós al comercio vigués.