Tensa calma en Peinador. Desde ayer por la tarde el aeropuerto de Vigo opera los vuelos programados sin ninguna incidencia. El sistema antiniebla (ILS) sigue desconectado, y aunque esta circunstancia provocó la cancelación por la mañana de las cinco operaciones previstas, horas después la mejoría del tiempo permitió que los aviones tomasen tierra en las máximas garantías de seguridad. Faltaría por determinar durante cuánto tiempo la terminal viguesa podrá mantener una actividad normal sin funcionar el mecanismo que guía a los pilotos en condiciones de reducida visibilidad. Sobre todo porque los pronósticos meteorológicos avanzan de todo menos cielos despejados. "Las nieblas son impredecibles", recalcaban desde Aena. Al cierre de esta edición, las lluvias comenzaban a caer con fuerza sobre la terminal, un escenario que hoy podrían agravarse ante la previsión de visibilidades inferiores a 350 metros.

La jornada de ayer comenzó a primer hora peor que la del día anterior. El viernes acabaron suspendiéndose 17 operaciones que afectaron a más de 2.000 pasajeros. No había aterrizado ni un solo avión en la pista viguesa, aunque al menos sí pudo despegar el primero de la mañana. Sin embargo ayer, precisamente por la cancelación de la llegada del último avión de la noche anterior, el de Iberia Express -de las 23.45 horas-, como este aparato debía dormir en la terminal olívica ya no efectuó la salida a Madrid planificada para las 6.45 horas. "Pues empezamos bien el día. Si esto lo sabían por qué nadie avisa. Con un sms, un e-mail, una llamada bastaba. Pues nada", criticaba indignado Alejandro Pérez, familiar de una pasajera afectada a la llevó en coche hasta el aeropuerto, "total para nada", lamentaba.

A partir de esta primera cancelación las personas que se encontraban en ese momento en el aeropuerto comenzaron ya a temerse lo peor. Algunas aseguraban desconocer lo que llevaba ocurriendo en Peinador desde el martes, el día que desactivaron el antiniebla por las obras para adaptarlo a la normativa europea. "Los pasajeros no tienen por qué estar al tanto de estas cosas. Son cuestiones técnicas, pero las agencias de viaje sí. Porque si así fuera yo no hubiera vendido billetes por Vigo durante este puente", razonaba la representante de una importante comercializadora de viajes, con familiares también afectados por las cancelación de vuelos.

Como sospechaban los viajeros, la mañana se cerró con otros tres vuelos suprimidos. Pero como si ya estuvieran mentalizados o resignados, tras presentar la correspondiente reclamación ante los mostradores de las compañías se limitaron a esperar pacientes al autobús que les trasladaría hasta Lavacolla, aeropuerto que sin duda verá engordada su estadística de mayo gracias a la aportación de los vuelos perdidos por Vigo.

Sobre la una de la tarde, los monitores de Meteorología del aeropuerto ya comenzaban a avanzar cierta mejoría del tiempo aunque desde Aena se resistían todavía a confirmar la reanudación de operaciones hasta que no hubiese un aparato en pista. Y así ocurrió. Los tres vuelos con destino Vigo no verían alterado su plan de operaciones. Los aviones procedentes de Madrid, de Air Europa e Iberia, tomaron tierra al filo de las cinco de la tarde. Y poco después le tocó el turno al de Air France, procedente de París.

Con estos seis vuelos de la tarde se ponía fin a tres días en los que el aeropuerto sino cerrado estuvo prácticamente inoperativo. Con un total de 34 vuelos cancelados, esta semana se ha convertido, para sufrimiento de los más de 2.500 pasajeros afectados, en una de las peores que se recuerdan en el aeropuerto vigués. Pero habrá que esperar al concluir el mes, porque el ILS seguirá apagado hasta julio.