Fue noticia en 2001

Nace un emblema

César Portela gana con su proyecto el diseño del Auditorio Mar de Vigo, "una ventana abierta al mar", según explicó

El arquitecto César Portela ante una maqueta del proyecto. // R. Grobas

El arquitecto César Portela ante una maqueta del proyecto. // R. Grobas

A. L.

El mes de marzo de 2001 marcó el inicio de la construcción de un icono urbanístico de Vigo, referencia en la actualidad del paisaje urbano. El Ayuntamiento de Vigo anunció que el proyecto presentado por César Portela era el ganador del Auditorio Mar de Vigo. Con esta decisión comenzaba un largo trayecto que culminaría diez años después con su inauguración. En ese periodo de tiempo, la instalación sufrió numerosos contratiempos, sobre todo de índole económico. No fue hasta 2008 cuando se puso la primera piedra. La obra estaba presupuestada inicialmente en 13.000 millones de pesetas.

Seis plantas, 28 metros de altura, una sala que podría acoger 1.500 espectadores y el escenario más grande de Galicia. Grandes ventanales, espacios para múltiples actividades y un diseño vanguardista. Un aparcamiento para 325 vehículos y un hotel, que hoy en día ya no se encuentra operativo. Eran algunos de los elementos característicos de una instalación que se presentó como muy necesaria para Vigo.

Al mismo tiempo que se confirmaba el inicio definitivo del proyecto, aunque más tarde estuvo paralizado, se anunciaba la desaparición de las instalaciones de Casa M. A. R. Estaban ubicadas en el mismo solar donde hoy se encuentra el auditorio. Desaparecía otro de los emblemas característicos de Vigo durante décadas y que se encontraba en evidente estado de deterioro.

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César Portela fue el elegido entre los proyectos que también presentaron David Chperfiel, Jaime Valcarcel y Francisco José Mandado. El arquitecto, afincado en Pontevedra, también tenía el Museo del Mar y el Complejo de Barreiro como algunas de sus obras más representativas en la ciudad y que se ejecutarían más tarde.

César Portela recibió la noticia de que su proyecto se había aceptado con "satisfacción y alegría", según declaraba al Decano. Al exponer las características de su obra destaca que "será el nuevo faro de Vigo, una instalación que tiene una especial unión con el mar y la ría. Queda demostrado en los grandes ventanales que permite la entrada de luz y contemplar un paisaje único". El arquitecto afirmaba que "Vigo es una ciudad poderosa y queda demostrado".

Según se avanzó, el proyecto sería desarrollado en dos fases. En la primera de ellas se invertiría 6.890 millones de pesetas y en la segundas 6.340 millones. Todo ello para reformar totalmente una superficie construida de 48.000 metros cuadrados. Esa era la idea.

El Ayuntamiento de Vigo, con Lois Pérez Castrillo al frente, presentó el ganador del concurso del proyecto junto a Carlos Príncipe y José Cuiña, en representación de la Xunta de Galicia. Fue en Castrelos, otro lugar emblemático. En ese acto se dijo que en dos años estaría operativo. Sin embargo, lo que parecía un acuerdo fiable se convirtió en un largo camino cargado de dificultades, con notables diferencias de criterio entra la administración local y autonómica.

No fue hasta el mes de abril de 2008 cuando se colocó la primera piedra y se iniciaron de forma definitiva lla sobras. Y en 2011 cuando fue inaugurado con Abel Caballero ya en la alcaldía. Terminaba de esa forma un proyecto que con un recorrido sinuoso, pero que se ha convertido en la actualidad en un referente de la ciudad.

En el Auditorio Mar de Vigo se han realizado múltiples espectáculos y actos, tanto culturales como lúdicos. Varios de ellos han tenido carácter internacional, como por ejemplo las actuaciones de Les Luthiers. La instalación cambió el paisaje de la zona más próxima al mar y Vigo dispone en la actualidad de un lugar de encuentro del que ya disponían otras ciudades importantes desde hacía varios años.

El auditorio enterró de forma definitiva a las también emblemáticas instalaciones de Casa M.A.R. Fueron un referente de la pesca en Vigo durante décadas y que dio trabajo a miles de personas. La gran nave estuvo abandonada durante mucho tiempo e incluso sufrió un deterioro tan grave que parte de sus paredes se derrumbaron. Para algunos será un recuerdo melancólico de una época de esplendor que ha dado paso a la modernidad y también a la utilización de ese espacio para un uso cultural que nada tiene que ver con la actividad que allí se realizaba.

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