José Manuel Veiga: "Detrás hay mucho trabajo, es muy estresante"

"La Reconquista nos dice que somos capaces de derribar lo que se nos ponga por delante", afirma

José Manuel Veiga, con uno de los carteles de la fiesta. // Marta G. Brea

José Manuel Veiga, con uno de los carteles de la fiesta. // Marta G. Brea

p. g.

Tras asumir la presidencia de la Asociación Vecinal y Cultural del Casco Vello a principios de octubre, José Manuel Veiga afronta uno de los grandes desafíos del cargo, la fiesta de la Reconquista, en la que cientos de miles de personas asaltarán las calles del barrio histórico para disfrutar de la celebración. Reconoce sentir algo de vértigo por la enorme carga de trabajo pero confía en su equipo de trabajo y en la colaboración de todos para conseguir que el evento continúe creciendo.

-¿Cómo lleva "su primera vez" al frente de la organización?

-La Reconquista es una de las actividades que asume la asociación pero son muchas más cosas. Es muy estresante, hay mucho trabajo pero gracias a los colaboradores que tenemos, que son buena gente y trabajadores, se puede sacar adelante todo.

-¿Se vive de manera muy distinta estar a un lado o el otro de la barrera?

-Sin duda, no es lo mismo estar colaborando, ayudando, que llevar la responsabilidad.

-¿En qué cifra de puestos para el mercado, uno de los principales atractivos de la fiesta, están en esta edición?

-Exactamente no se puede decir, pero hubo más de 300 solicitudes, y se colocarán alrededor de 235 puestos de hostelería y artesanía. Además hay artesanos, demostraciones de oficios como canteros, telleiros, carpinteros. Entre todos, se sumarán unos 260 puestos al final.

-Mucha gente espera con ansias esta fiesta. ¿Es una presión extra pensar en todo el movimiento económico y de personas que genera?

-Presiona, sobre todo, el trabajo que genera. La actividad no se puede predecir porque unos marchan contentos, otros menos pero cuando hay tantas solicitudes y están en la fiesta es porque las cosas funcionan, la gente está contenta y eso es muy bueno.

-En años anteriores, los comerciantes y los hosteleros protestaban por aspectos como las tasas, que consideraban abusivas. ¿Cómo está la relación?

-Este año está todo maravilloso, no hay problema, los hosteleros están contentos, han solicitado, tienen sus puestos y la armonía es muy buena, tienen preferencia. Antes no sé si pasaban por la oficina y tenían la información, no sé si era falta de comunicación o de interés pero este año tuvimos una reunión y todo va sobre ruedas.

-La fiesta pasa a ser de dos fines de semana. ¿Cómo lo organizan?

-El sábado 21 haremos un certamen de cantos de taberna y habrá un concierto en O Berbés. El domingo 22 tenemos por la mañana, a las 12 una actuación de grupo tradicional, a las 12.30 la representación de la destitución de la corporación y a la 1 un concierto del orfeón mariñeiro do Berbés y después nos marcharemos ataviados a una comida en el Bahía. Ya la semana siguiente será la exposición de trajes, abrirá el mercado y habrá animación, actuaciones, conciertos y, finalmente, la expulsión de los franceses.

-Reivindican también la importancia de la parte histórica.

-Es la base fundamental de la fiesta, recordar aquellos hechos que sucedieron y conmemorar que hemos sido vigueses que no nos dejamos dominar por invasores, que pensamos por nosotros mismos y es celebrar eso, la expulsión y que somos capaces de derribar lo que se nos ponga por delante.

-¿Da vértigo pensar en la cantidad de gente que acude al barrio?

-Es lo que más me preocupa, que todo salga bien, que no haya incidentes, que todo funcione como tiene que ser, que se diviertan y la gente lo pase bien. No queremos que esto se convierta en un botellón, por eso a las 11 cerramos el mercado. Que no solo beban, que bailen y participen en todo.

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